En una escena que fue registrada por una cámara de seguridad ubicada en la zona, se puede observar un episodio tan insólito como alarmante que tuvo lugar en la localidad bonaerense de Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora. Un pasajero que viajaba a bordo de un colectivo de la línea 540 fue expulsado violentamente por la ventanilla del vehículo tras una maniobra brusca del conductor al tomar una curva cerrada.
El hecho ocurrió en la intersección de las calles Tabaré y Goya, alrededor de las 19:40 del jueves pasado, cuando muchas personas regresan a sus hogares después de la jornada laboral. En el video, que se viralizó días después del accidente, se observa cómo el pasajero, que aparentemente venía dormido con su cuerpo apoyado contra la ventanilla, fue despedido hacia el asfalto al soltarse el panel de vidrio tras la curva. Increíblemente, el conductor del colectivo no detuvo la marcha y continuó su recorrido sin prestar asistencia al herido ni verificar lo sucedido.
El impacto contra el suelo fue fuerte. El hombre quedó tendido, sin poder incorporarse inmediatamente. A pesar de ello, en las imágenes se lo puede ver moviendo las piernas y levantando la cabeza lentamente, señal de que permanecía consciente, aunque claramente aturdido por el golpe.
La rápida intervención de vecinos que aguardaban en las paradas próximas fue clave. Al percatarse de la situación, corrieron hacia el hombre para asistirlo y evitar que el accidente tuviera consecuencias más graves. Uno de ellos incluso hizo detener a otro colectivo de la misma línea, que venía circulando en sentido contrario, para impedir que atropellara accidentalmente al herido. Se puede observar cómo el vehículo frenó y varios peatones se acercaron a colaborar.
Mientras eso ocurría, en la escena también se ve cómo seis ciclistas que circulaban delante del colectivo continuaron su camino, sin intervenir. Otro automóvil que iba detrás del vehículo accidentado tampoco se detuvo. Sin embargo, fue la acción de los transeúntes la que marcó la diferencia, al impedir una posible tragedia mayor.
Pocos minutos después, otro colectivo de la línea 540 llegó desde la dirección opuesta. Uno de los vecinos lo detuvo con gestos urgentes, alertando al chofer sobre la situación para que aminorara la velocidad. En ese momento, ambos colectivos quedaron enfrentados sobre la calle, mientras los conductores intercambiaban información sobre lo que había ocurrido.
La escena comenzó a reunir más personas, curiosos y solidarios que esperaron en el lugar hasta la llegada de una ambulancia. El personal médico brindó los primeros auxilios al hombre en el sitio del accidente y luego lo trasladó a un centro asistencial. Afortunadamente, trascendió que el pasajero no sufrió lesiones graves, aunque el susto y la peligrosidad de lo ocurrido generaron una gran repercusión.
Este episodio puso en evidencia, una vez más, los riesgos que implican las fallas en las condiciones de seguridad del transporte público y la necesidad de revisar el estado de los vehículos y la conducta de los choferes. También demostró el valor de la solidaridad vecinal, que pudo evitar una tragedia aún mayor.