Los datos que muestran la situación complicada de muchas familias pobres durante la crisis económica del país no son solo estadísticas. Estos números representan el dolor y las necesidades urgentes que se pueden ver en hogares y calles. En estos tiempos, ayudarnos mutuamente es fundamental para nuestra sociedad y puede aliviar a muchas personas.
Un ejemplo de esto es Joaquín Roldán, un panadero joven de la calle La Madrid en Concepción, Tucumán, quien ve todos los días los efectos devastadores de la economía actual. Roldán vende pan, un alimento básico en la dieta familiar.
«Es desolador ver cómo cada vez más personas llegan a mi negocio pidiendo pan. Algunos se quedan fuera, avergonzados de pedir», cuenta el emprendedor.
Por esta razón, Joaquín y su madre, Antonia González, optaron por empacar el pan, las tortillas y las facturas que no se venden al final del día y los colocan afuera de la tienda en la mañana para aquellos que los necesiten. De esta forma, explica, nadie se sentiría incómodo, a pesar de su situación.
Roldán puso una mesa con bolsas de comida y un cartel que dice: “Si lo necesitas, llévalo”. La reacción fue inmediata. “No solo madres con sus hijos y personas mayores empezaron a venir a buscar su bolsa, sino también trabajadores de la cosecha de limón que se van temprano a trabajar”, manifestó.
La periodista Agustina Espinoza destacó el acto de bondad del panadero en su página de Facebook, con el título “Concepción y su buena gente”. Roldán dijo: «Esto no debería suceder. La gente no debería llegar al punto de tener que pedir un trozo de pan. Pero es lo único que podemos hacer para ayudar. Sería interesante que todos los que tenemos negocios de alimentos mostráramos solidaridad con los que nos necesitan».