El martes pasado se llevó a cabo la primera audiencia del juicio oral y público contra Alexis Eugenio Ronveaux y Nelson José Basualdo, quienes enfrentan acusaciones por un doble homicidio agravado con uso de arma de fuego, ocurrido el 22 de agosto de 2024 en San Cayetano, San Miguel de Tucumán. En el caso, Ronveaux está imputado como autor material del crimen, mientras que Basualdo figura como partícipe necesario en los hechos que resultaron en la muerte de José María Altamirano y de su hijo, Santiago Ramiro Altamirano.
El Ministerio Público Fiscal (MPF) está representado por la Unidad Fiscal Especializada en Homicidios I, a cargo del fiscal Pedro Gallo, con la asistencia de la auxiliar de fiscal María José Agüero, quien expuso los alegatos de apertura. En su presentación, solicitó que Ronveaux sea condenado a 25 años de prisión de cumplimiento efectivo. Respecto a Basualdo, el MPF pidió que se declare su responsabilidad penal, considerando que su defensa solicitó que el juicio se desarrollara en dos etapas.
El tribunal a cargo del debate está conformado por los jueces Guillermo José Di Lella, Bernardo Daniel L’Erario Babot y Guido Leandro Cattáneo.
Según la reconstrucción del hecho, la noche del 22 de agosto de 2024, alrededor de las 22:00 horas, José María Altamirano y su hijo Santiago se desplazaban en una motocicleta Honda CG 150cc por la zona de calle Anselmo Rojo 445, en el barrio San Cayetano. En el trayecto, ambos mantuvieron una discusión con Nelson José Basualdo, apodado “Negrito” o “Fitín”, y Alexis Eugenio Ronveaux, conocido como “Chueco”, junto con Cristian Gonzalo Tula (“Cucha”), Fernando Víctor Hugo Galo y Enzo Eduardo Cuenca (“El Menor”).
Durante el altercado, Basualdo retiró un arma de fuego calibre 22 de su vivienda y se la entregó a Ronveaux, quien, con la intención clara de provocar la muerte de las víctimas, efectuó múltiples disparos. El padre recibió dieciséis impactos de bala y su hijo quince, falleciendo ambos por shock hipovolémico. Tras consumar el ataque, los acusados huyeron del lugar.
Este primer tramo del juicio marca el inicio del proceso judicial para esclarecer la responsabilidad penal de los imputados y establecer las condenas correspondientes por el grave hecho que conmocionó a la comunidad de San Cayetano.
