Florencia, la mujer embarazada víctima de un asalto y abuso durante el temporal, rompió el silencio

Florencia Caballero, una mujer de 33 años, se hizo conocida a raíz de compartir su angustiosa experiencia vivida durante el fuerte temporal del último sábado. En ese día, estando embarazada de cinco meses, fue víctima de un brutal asalto. Aunque el golpe fue devastador, la mujer encontró consuelo al confirmar que su bebé se encuentra bien. «Hoy tengo por lo menos una buena noticia: mi bebé no sufre de un soplo, que era uno de los riesgos por lo que sufrí el sábado», expresó con alivio. «Ayer me hice una ecografía y Adelina está bien», agregó, refiriéndose al nombre de su hija.

A pesar de la buena noticia sobre el estado de su bebé, las secuelas físicas del ataque continúan. «Sigo con síntomas que espero que no persistan, como el dolor continuo de cabeza, la falta de enfoque en el ojo derecho, las estrellas que me aparecen de la nada y el mareo al levantarme de golpe», relató, describiendo el impacto que aún tiene en su cuerpo el violento asalto.

El ataque ocurrió el sábado al mediodía, cuando Florencia volvía a su casa después de limpiar su comercio tras el paso de la tormenta. «Bajé por Catamarca y Bolivia, casi Siria. Ya había pasado el temporal fuerte, pero las calles estaban inundadas. Como me había empapado, me dolía la garganta y decidí volver a casa para cambiarme», explicó. Al principio, su confianza estaba en que iba acompañada por otros vehículos, lo que le daba cierta seguridad. Sin embargo, cuando se detuvo ante una camioneta Ranger que intentaba cruzar, fueron sorprendidos por un grupo de delincuentes. «Eran entre 10 y 15 personas. Se acercaron a la camioneta y me preguntaron si quería ayuda para cruzar. Les dije que no, y en ese momento sacaron una pistola: ‘Bajá el vidrio, bajate, te voy a quemar’, me decían», recordó.

En medio de la desesperación, Florencia intentó escapar, pero la situación empeoró rápidamente. «Doblo en U, casi choco con una casa e intento volver en contramano, pero el agua me llena de frente, la camioneta muere y ahí supe que me iban a hacer de todo», contó, detallando cómo la inercia de la camioneta y las aguas inundadas la dejaron atrapada frente a los delincuentes. «Tiraron cascotazos, ladrillos, palos. No sé de dónde sacaban todo tan rápido. Me dieron la cabeza contra el vidrio, me golpearon con un casco y con un cascote enorme que todavía está en la camioneta. Esos golpes me generaron el politraumatismo que hoy me afecta», explicó, reflejando la violencia extrema del asalto.

Los agresores ingresaron al vehículo, le robaron su cartera, tarjetas y dinero. Durante el ataque, la golpearon repetidamente mientras exigían más dinero. «Me arrancaron mechones de pelo. Llegaron a meterme sus manos en los pechos, dentro de la bombacha, y cada detalle es más escabroso», relató, visiblemente afectada por la magnitud de la agresión.

Florencia también expresó su desilusión por la falta de solidaridad de los vecinos y la grave inseguridad que afecta la zona. «Nadie se acercó a denunciar, nadie quiere facilitar los videos. Hay miedo. Dicen que si los detienen, en seis meses ya están de vuelta. Los vecinos están amenazados, no pueden hablar», señaló, lamentando la indiferencia de quienes presenciaron el hecho.

Además, subrayó el abandono que sufre la comunidad en términos de infraestructura y servicios básicos. «Hace más de 50 años que esa calle se inunda y nadie hace nada. No es normal que tenga que limitarme a moverme libremente. Pago mis impuestos y esos sectores están completamente abandonados. No es un problema de este gobierno ni del anterior, sino de muchos años», enfatizó, haciendo un llamado a la mejora de las condiciones en la zona.

Finalmente, Florencia expresó que, a pesar de todo, la única buena noticia es el bienestar de su hija. «La única buena noticia es que mi bebé está bien. Mi cuerpo, mi mente, todo está destrozado, pero ella es mi prioridad. Solo espero que se haga justicia y que esto no le pase a nadie más», concluyó, dejando claro que, a pesar del sufrimiento, su hija será siempre su mayor motivación.