Suyana era un tapir liberado en las yungas tucumanas como parte del Proyecto Tapir. Después de encontrar su cuerpo sin vida, la investigación a cargo de la fiscal Mariana Rivadeneira encontró dudas sobre las afirmaciones de que un cazador furtivo había matado al animal.
Los testigos no existían o no proporcionaban información y la Reserva Experimental de Horco Molle no presentó pruebas. La Reserva reconoció que el collar de seguimiento de Suyana dejó de funcionar el 4 de enero y que monitoreaban al animal a través de cámaras y rastros. La búsqueda se interrumpió el 22 de marzo debido al clima y se retomó el 5 de abril.
Se pidió ayuda a la comunidad el 14 de abril y tres horas después, personas anónimas informaron que un cazador furtivo había matado a Suyana.
Los detalles
Rivadeneira les envió a la Reserva un oficio pidiéndoles que respondieran una serie de preguntas.
La institución respondió las preguntas de la fiscal Rivadeneira y reconoció que el collar de seguimiento que Suyana tenía puesto dejó de funcionar el 4 de enero, lo cual ocurrió más de tres meses antes de que se denunciara su desaparición debido a una supuesta falla en el sistema de internet.
La Reserva informó que, desde el 4 de enero hasta el 22 de febrero, monitoreaba a Suyana a través de cámaras instaladas en el monte y por rastros como huellas y heces en recorridas diarias, pero no detalló cuándo se obtuvieron estas evidencias. Se indicó que el animal estaba en buen estado de salud y que llevaba puesto el collar de seguimiento.
Además, se confirmó que la búsqueda de Suyana se interrumpió el 22 de marzo debido a las malas condiciones climáticas y se retomó el 5 de abril.
Por último, se aseguró que se pidió ayuda a la comunidad para encontrar a Suyana mediante publicaciones en redes sociales el 14 de abril. Tres horas después, personas anónimas informaron que un cazador furtivo había matado al animal y proporcionaron información sobre el lugar donde se encontraban sus restos. Un día después, el personal de Delitos Rurales localizó los restos de Suyana en una finca privada.
Después de descartar la imagen viral de un tapir muerto rodeado de armas, la investigación se centró en otro dato que llamó la atención: la pericia realizada por el Departamento de Arqueología Forense confirmó que los huesos analizados correspondían a una hembra de tapir, que había fallecido entre 30 y 45 días antes de su hallazgo. A pesar de esto, los investigadores confirmaron que Suyana había sido monitoreada con vida en esa fecha.
Además, la policía recogió testimonios de vecinos de la zona que afirmaron saber de la existencia de los restos durante varias semanas. Presentaron una imagen que mostraba el avanzado estado de descomposición del cuerpo. Sin embargo, resultó extraño que, si un cazador la hubiera matado, hubiera dejado su carne en el lugar y no le hubiera quitado la piel. Los peritos también confirmaron que no había rastros de que hubiera sido faenada en el lugar donde se encontraron los restos y que, aparentemente, Suyana aún tenía su collar de seguimiento colocado.
El lunes pasado, el personal de Delitos Rurales allanó la casa de un sospechoso, pero no encontró pruebas importantes. Solo confiscaron un cuchillo de cocina que será analizado por los peritos del ECIF y una motocicleta que había sido reportada como robada. Sin embargo, horas después, el hombre dijo que había recuperado la motocicleta y la medida cautelar fue levantada.
Los responsables deberán presentarse en la fiscalía para ratificar sus dichos y responder a las dudas que Rivadeneira tiene por las supuestas contradicciones en el expediente, según una fuente de la Fiscalía./Fuente: Contexto