La inseguridad sigue golpeando fuerte en Concepción, y uno de sus afectados directos es Maximiliano Agüero, un joven emprendedor tucumano propietario del local gastronómico Mila Club. Desde que abrió su negocio en febrero de 2023, Maximiliano ha sido víctima de numerosos robos tanto en su comercio como en su hogar.

“Abrí mi local en febrero de 2023 y ya he sufrido múltiples robos”, relató el joven. El primero ocurrió a plena luz del día: “Me robaron una mesa a las 15 hs de una persona que tenemos identificada. Hicimos la denuncia, pero no pasó nada. La brigada vino a buscarme, hice la denuncia, lo tengo grabado en las cámaras de seguridad. Resulta que la persona había robado días antes en otro bar”.
Ese incidente fue solo el comienzo. Más adelante, narró: “Me rompieron la puerta principal, entraron, se llevaron el celular del local, la mercadería de las heladeras, la billetera con mi documento y tarjetas. Los clientes hacían pedidos en ese teléfono, así que perdimos todo”.
Los hechos delictivos continuaron: “El viernes anterior rompieron la puerta de la terraza, entraron al salón, revolvieron todo, tiraron papeles importantes y quemaron algunos por no encontrar la luz. Se llevaron mi computadora, sacaron carne del freezer y la dejaron tirada en el salón”, detalló, mostrando su desánimo.
Maximiliano logró identificar al responsable y, tras esfuerzo, recuperó su computadora a través de una tercera persona: “Tuve que comprarla a una chica que la había adquirido para evitar problemas. No hice denuncia porque sentí que era inútil”, admitió resignado.
Los ataques no se limitaron a su comercio. Hace un tiempo, delincuentes irrumpieron en su vivienda, rompiendo puertas, ventanas y su auto. “Junto a los vecinos logramos reducir al delincuente y entregarlo a la policía, pero días después ya estaba en libertad cometiendo delitos nuevamente”, señaló. Ante la repetición de los hechos, reflexionó: “A veces hacer la denuncia es una pérdida de tiempo y de energía”.
Sobre los inicios de su emprendimiento, Maximiliano contó: “Mila Club nació después de mucho trabajo y sacrificio. Durante la pandemia, cuando trabajaba como DJ y no había eventos, tuve que buscar la manera de sobrevivir. Empecé vendiendo papas fritas en la vereda, luego hamburguesas, y con el tiempo sumé milanesas, lomitos y platos más completos. Poco a poco fui invirtiendo en maquinaria, endeudándome, y cuando en mi casa no alcanzaba el espacio, me mudé a un pequeño local con 10 mesas afuera. Con mucho esfuerzo, llegué a un local más grande con 40 mesas”.
Finalmente, expresó su frustración ante la inseguridad: “Estoy cansado de la delincuencia, de cruzarme todos los días con las personas que te roban. Empecé desde abajo con mucho sacrificio mío y de mi familia, y me da mucha tristeza vivir esto”.