El homicida de un trabajador del 107 admitió el ataque para robarle la moto y enfrenta una condena severa

El caso que investiga la muerte de Eugenio Pablo González, empleado del servicio de emergencias 107 que fue baleado durante un asalto en mayo, avanzó de manera determinante luego de que Julio Dante Guerrero reconociera ser el autor del disparo fatal. La admisión se concretó durante una audiencia en la que se trató un acuerdo parcial de juicio abreviado, instancia en la que el acusado aceptó su participación directa en el hecho.

A partir de esa confesión, la Justicia dio por probada su responsabilidad en el delito de homicidio en ocasión de robo, agravado por el uso de un arma de fuego. La pena que deberá cumplir Guerrero se definirá en una próxima audiencia de cesura, donde se evaluará el monto de la condena correspondiente.

La investigación, dirigida por la Fiscalía de Homicidios I, a cargo de Pedro Gallo, reconstruyó que el ataque ocurrió la noche del 11 de mayo de 2025, alrededor de las 19.30, cuando González circulaba en motocicleta por avenida Viamonte al 2500. Según el expediente, Guerrero lo habría sorprendido para quitarle la moto y, en medio del forcejeo, efectuó un tiro que impactó de lleno en el abdomen de la víctima.

Tras el disparo, vecinos corrieron hacia el lugar: algunos intentaron ayudar a González y otros procuraron detener al agresor, pero este logró huir. El trabajador del 107 fue trasladado con urgencia y pasó más de dos semanas internado en estado crítico.

Con el correr de los días, su cuadro se deterioró gravemente. La bala había afectado órganos vitales y desencadenó una infección severa que derivó en shock séptico y posteriormente en una falla multiorgánica. Finalmente, González murió el 27 de mayo, como consecuencia directa del ataque armado.

La confesión del imputado permitió a la Fiscalía dar por acreditados los puntos esenciales de la acusación, reforzando la calificación por homicidio en ocasión de robo con agravante por arma de fuego, una figura penal con sanciones particularmente altas debido a la violencia del episodio y su desenlace fatal.

El proceso entra ahora en su etapa final, a la espera de la fijación de la condena. Tanto los familiares de González como sus compañeros del servicio de emergencias esperan que la decisión judicial aporte un cierre legal a un crimen que conmocionó al personal sanitario y a la comunidad en general.