El mensaje del femicida de la General Paz al 190: «Me voy a mandar una»

La tragedia de María Sol González, una joven de 23 años asesinada por su pareja, Santiago Agustín Moya, en su departamento ubicado en la calle General Paz 190, estuvo precedida por un día de terror orquestado por el femicida. Después de cometer el crimen, Moya se quitó la vida arrojándose por el balcón.

Según una fuente cercana a la investigación, Moya mantuvo a la joven encerrada en el departamento durante todo el viernes, aparentemente debido a celos. A partir de las 22 horas, comenzó a enviar mensajes a sus amigos expresando que se sentía mal y que «se iba a mandar una». Uno de estos mensajes incluía un video que mostraba a la víctima semidesvanecida en la bañera, con signos de golpes.

Uno de los remitentes reenvió los mensajes al hermano de María Sol, Enzo González, para alertarlo sobre la situación, ya que vivía a una cuadra del edificio. Este se dirigió rápidamente al departamento de su hermana y, al no obtener respuesta, solicitó las llaves a un vecino para ingresar por el balcón del departamento contiguo.

Una vez dentro, encontró a Moya sentado en el balcón, pero su prioridad fue buscar a su hermana en el baño. Al descubrir que estaba sin vida en la bañera, intentó reanimarla sin éxito. En ese momento, el agresor se arrojó desde el balcón del décimo piso, perdiendo la vida por el impacto en el patio interno de la planta baja.

La Unidad Fiscal de Homicidios II, a cargo de Carlos Sale, intervino en la escena del crimen alrededor de la 1:30, junto con personal policial y otros equipos especializados. La autopsia preliminar determinó que la causa del fallecimiento de María Sol fue asfixia por estrangulación.

María Sol, oriunda de Benjamín Aráoz, se había mudado a la Capital apenas tres meses antes debido a razones laborales. Según testimonios de su familia, aparentemente no estaban al tanto de su relación con Moya ni lo conocían. Aunque no se confirma si vivían juntos, vecinos y el portero afirmaron haberlos visto salir juntos en diversas ocasiones.

El caso generó conmoción en los vecinos de Barrio Sur, especialmente en los residentes del edificio. La noche del trágico suceso, los gritos alertaron a algunos vecinos, quienes inicialmente pensaron que Moya estaba huyendo. La noticia de las dos muertes dejó una sensación de shock y miedo en la comunidad, que se vio afectada por la tragedia ocurrida en un lugar generalmente tranquilo.