El pasado sábado, la provincia de Tucumán, y particularmente la ciudad de Concepción, quedó profundamente impactada al confirmarse el trágico hallazgo del cuerpo sin vida de Karen del Valle Rodríguez, una joven de 22 años que había desaparecido el lunes por la noche.

El presunto autor del femicidio de Karen Rodríguez
Los restos de Karen fueron encontrados enterrados en el patio trasero de una vivienda humilde ubicada en el barrio Cristo Rey. Esta propiedad es habitada por el tío de la víctima, conocido como “Toro”, quien ha sido señalado como el principal sospechoso del crimen. Según las autoridades, el hombre habría intentado ocultar el asesinato sepultando el cuerpo de su sobrina y cubriendo la tumba con una chapa metálica.
De acuerdo con las investigaciones, Karen salió de su casa el lunes por la noche. Aunque inicialmente su padre no se alarmó por su ausencia, pronto comenzó a preocuparse al notar que la joven no le enviaba mensajes por WhatsApp para confirmar que estaba bien. Tras varios días sin noticias, decidió presentar la denuncia por desaparición el jueves.

Karen Rodríguez.
La búsqueda fue encabezada por la Brigada de Investigaciones Sur, bajo la supervisión de los comisarios Luis Almaraz y Ceferino Mendoza. Las primeras averiguaciones descartaron como sospechoso a “Leo”, un hombre con quien Karen mantenía una relación sentimental, ya que se encontraba trabajando en Mendoza al momento de los hechos.
Poco después, los investigadores centraron su atención en “Toro”, quien había sido visto con Karen antes de su desaparición. Además, descubrieron que este hombre se encontraba prófugo desde febrero por un caso de robo y que, en días recientes, había estado solicitando dinero prestado a conocidos con la aparente intención de viajar a La Rioja, provincia donde se habría refugiado durante meses para evadir la justicia.
El caso dio un giro dramático cuando el padre de Karen, tras recibir información sobre su posible paradero, acudió al domicilio de “Toro”. Según el relato, una mujer identificada como Vanesa Tabera, cuñada de la víctima, le indicó que Karen había estado con “Toro” y lo acompañó hasta la casa del sospechoso. Al llegar, el padre notó algo extraño en el patio trasero: una chapa colocada de forma inusual. Decidió moverla y, al observar tierra removida, comenzó a cavar con sus propias manos hasta encontrar el cuerpo de su hija.
Ante este descubrimiento, el fiscal Miguel Varela ordenó que se procediera a seguir el rastro de “Toro” y, además, solicitó la detención de Tabera, quien podría haber estado involucrada en el crimen.
Las investigaciones avanzaron rápidamente, y las autoridades en La Rioja confirmaron que “Toro” había llegado a esa provincia el sábado por la mañana. Finalmente, fue capturado cuando intentaba viajar hacia otra localidad en el interior riojano.
Sin embargo, aún no se han esclarecido los detalles exactos de lo ocurrido en la vivienda del barrio Cristo Rey. Aunque existen diversas hipótesis, ninguna cuenta con pruebas concluyentes que permitan establecer la verdad de los hechos.
En La Rioja, surgieron declaraciones que podrían arrojar luz sobre lo sucedido. Al parecer, “Toro” habría confesado informalmente a personas cercanas que “había cometido un error”. Supuestamente, comentó que el día del crimen estaba bajo los efectos de las drogas, que discutió con Karen y que el conflicto escaló. “Estaba mal porque había consumido drogas ese día. Peleamos y pasó”, habría dicho. No obstante, esta declaración no tiene valor legal, ya que no se realizó bajo los procedimientos jurídicos adecuados.
Los resultados preliminares de la autopsia respaldan algunas de estas afirmaciones. Los médicos forenses indicaron que Karen podría haber fallecido por asfixia, aunque el avanzado estado de descomposición del cuerpo dificulta la determinación exacta de la causa de muerte. También se estableció que su fallecimiento habría ocurrido el martes, y que ese mismo día el cuerpo fue enterrado en el patio trasero de la vivienda.
Las autoridades ahora investigan si “Toro” contó con la ayuda de alguien más para ocultar el cuerpo, siendo Tabera una de las principales sospechosas. Por su parte, vecinos del barrio confirmaron que el acusado no volvió a su casa después del crimen y que, desde entonces, se refugió en la vivienda de su madre.
La conmoción y el dolor de la comunidad continúan, mientras la justicia intenta reconstruir los hechos y garantizar que los responsables enfrenten las consecuencias de sus actos.
