El jefe de Policía de Tucumán, Joaquín Girvau, rompió su silencio tras el grave escándalo que sacudió a la fuerza provincial, luego de que se conociera que varios efectivos habrían hecho que detenidos realizaran trabajos de albañilería en la construcción de una vivienda perteneciente a un alto jefe policial en El Cadillal.
Con un evidente enojo, Girvau calificó el hecho como una “vergüenza”, una “traición” y una “locura”, y remarcó que este episodio “mancha todo el trabajo y el esfuerzo que la institución venía realizando en los últimos años”. El jefe policial expresó a la prensa: “Es una actitud de sinvergüenza. Estamos al servicio de la comunidad y esto nos llena de bronca. Hay que estar loco para llevar detenidos a construir una casa”.
Girvau confirmó que un total de 13 efectivos están involucrados en el caso y que ya se iniciaron tres sumarios administrativos internos. Subrayó que “todo el material recabado será puesto a disposición de la Justicia” y advirtió que “si deben quedar más policías detenidos, así será”. Además, lamentó que “han defraudado a la institución, al uniforme y al prestigio que se había ganado la Policía de Tucumán”.
El escándalo también provocó una rápida reacción del gobernador Osvaldo Jaldo, quien ordenó bajas preventivas y solicitó informes detallados sobre la maniobra. Desde Casa de Gobierno calificaron el episodio como “inadmisible” e instruyeron una revisión integral del funcionamiento interno de las jefaturas regionales y departamentales.
Girvau señaló que el caso “no puede quedar impune” y adelantó que se llevará a cabo una auditoría interna profunda para determinar responsabilidades jerárquicas. “Vamos a revisar quiénes están al frente de cada área y cómo se trabaja. Estos hechos nos obligan a mirar hacia adentro y a corregir lo que haya que corregir”, afirmó.
El jefe policial admitió que el incidente afecta la imagen de la institución y también “defrauda al gobernador”, quien, según dijo, “le dio todo a la Policía para que pudiera cumplir su labor con herramientas y recursos”. Añadió: “Estos hechos tiran por la borda años de esfuerzo y manchan el uniforme de quienes trabajan honestamente”.
Sobre los implicados, Girvau fue contundente: “Estos jefes tiraron por la borda 30 años de carrera. Defraudaron a sus familias y a la institución. Sacaron presos por orden de quién, ¿de un juez o de un fiscal? Eso se va a determinar hoy mismo. No vamos a esperar 10 o 20 días”.
Finalmente, el jefe de Policía envió un mensaje a la comunidad: “La Policía va a seguir trabajando con firmeza. Seremos duros con los delincuentes, pero también con nuestros propios hombres si incumplen la ley. Acá no hay privilegios ni corporativismo. Impunidad cero”.
Por su parte, la fiscal Mariana Rivadeneira, quien está a cargo de la investigación, continúa con la toma de declaraciones y el análisis de los registros internos que permitieron el traslado irregular de los detenidos. Fuentes judiciales no descartan que surjan nuevas imputaciones ni cambios en la estructura de mando policial.
