Identifican a uno de los patovicas de un boliche tucumano, que agredió a un joven y lo dejó hospitalizado

Durante la madrugada del sábado, se registró un episodio de violencia extrema que está siendo minuciosamente investigado tanto por la Justicia de Tucumán como por el Ministerio Público Fiscal. El incidente tuvo lugar en el boliche Zoo Zona Urbana, un local nocturno situado en la calle Maipú al 700, en el corazón de San Miguel de Tucumán. En este contexto, Nicolás Vega, un hombre de 34 años, fue víctima de una brutal golpiza que lo dejó hospitalizado con severas lesiones en la cabeza. Los responsables del ataque serían al menos seis integrantes del equipo de seguridad del establecimiento.

De acuerdo con el testimonio de su padre, Juan Domingo Vega, todo comenzó cuando uno de los patovicas le pidió a Nicolás que se cubriera con una campera, ya que llevaba puesta una camiseta de entrenamiento de la Selección Argentina, lo que aparentemente no estaba permitido en el lugar. El joven, en un primer momento, accedió a la indicación. Sin embargo, más tarde se quitó la prenda, lo que habría provocado una violenta reacción por parte del personal. “Uno de ellos lo golpeó arteramente y lo dejó inconsciente”, relató su padre al describir el inicio del ataque.

La situación se agravó aún más cuando Nicolás recuperó la conciencia e intentó comprender qué había motivado la agresión. Fue entonces cuando, según narró su hermana Guadalupe Vega, recibió una segunda andanada de violencia aún más despiadada: “Lo tomaron del cuello y luego seis lo golpearon sin piedad. Patadas, piñas… Fue un ataque salvaje. Hasta sus amigos, que quisieron intervenir, terminaron golpeados”, denunció.

Como consecuencia de los golpes, Vega fue trasladado de urgencia a una clínica privada donde permanece internado. El diagnóstico médico confirmó la presencia de un coágulo en el cerebro, y los profesionales decidieron mantenerlo bajo observación estricta. Está previsto que dentro de quince días se le realice una nueva tomografía para determinar si el coágulo ha comenzado a disolverse. Según la información que compartieron sus familiares, los últimos análisis no arrojaron resultados alentadores, lo que llevó a los médicos a prolongar la internación.

Mientras tanto, las autoridades judiciales ya han iniciado una investigación de oficio para esclarecer lo ocurrido. La Fiscalía trabaja junto al Ministerio Público para identificar a todos los involucrados en la agresión. El padre de Nicolás reconoció a uno de los atacantes, con quien incluso habría tenido un breve intercambio antes del hecho. Asimismo, se supo que cuatro de los presuntos agresores ya se habrían contactado con un abogado en busca de asesoramiento legal. En paralelo, la Policía sigue rastreando el paradero de al menos uno de los implicados que aún no ha sido localizado.

A raíz del episodio, el Instituto Provincial de Lucha contra el Alcoholismo (IPLA) procedió a clausurar el boliche Zoo Zona Urbana. Las autoridades constataron que el lugar no contaba con la habilitación correspondiente para operar al momento de los hechos.

Este nuevo caso de violencia en el ámbito nocturno reavivó el debate sobre la falta de control y regulación efectiva del personal de seguridad en los locales bailables de Tucumán. Los concejales José María Canelada y Gustavo Cobos salieron a recordar que existe una norma legal que debería regir esta actividad: la ley provincial 9.220, sancionada en agosto de 2017 con el objetivo de establecer pautas para la habilitación, capacitación y control de los llamados “patovicas”. Sin embargo, esta normativa nunca fue reglamentada por el Poder Ejecutivo provincial, lo que impidió su entrada en vigor.

Canelada expresó su indignación frente a esta omisión del Estado: “Esto se podría haber evitado si la ley estuviera activa. Seguimos viendo hechos de brutalidad en la noche tucumana, y nadie se hace cargo. La inacción estatal es peligrosa”. En la misma línea, Cobos cuestionó la falta de una política preventiva: “¿De qué le sirve a ese joven que clausuren el boliche si ya lo desmayaron a golpes? Esto requiere una política seria de prevención”.

La investigación judicial sigue su curso mientras la familia de Nicolás exige que los responsables sean identificados y castigados con dureza. Este caso se suma a una creciente lista de episodios violentos protagonizados por personal de seguridad en la noche tucumana, en un escenario donde las leyes existen, pero su falta de aplicación deja a los ciudadanos desprotegidos.