Durante una nueva audiencia del juicio oral contra Florencia Agustina Gómez, una joven de 25 años acusada del homicidio de Orlando Ponce (55), se presentaron testimonios clave que arrojan luz sobre los hechos ocurridos el 10 de marzo de 2023 en un departamento ubicado en la calle 25 de Mayo al 1400. Entre los testigos que declararon se encontraban personal del Servicio de Emergencias 911 y el prosecretario del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF), quienes detallaron el estado en el que se encontraba Gómez al momento de la intervención policial y los elementos hallados en la escena del crimen.
Según las investigaciones, Gómez y Ponce se conocieron a través de la aplicación Tinder y mantuvieron varios encuentros previos. La noche del crimen, ambos se reunieron en un bar y luego se dirigieron al departamento de Ponce, donde compartieron cervezas. En un momento dado, la joven lo agredió con un cuchillo, causándole múltiples puñaladas que resultaron fatales. Mientras la Fiscalía, representada por Pedro Gallo, y los querellantes José Ignacio Ferrari y Stefano Jogna Prats, sostienen que se trató de un homicidio intencional, los defensores de Gómez, Ileana Antoniella Bataglia y José María Molina, argumentan que actuó en legítima defensa, alegando que Ponce intentó abusar sexualmente de ella.
Uno de los testigos clave fue el sargento Raúl Esteban Quinteros, quien en 2023 trabajaba como motorista del 911 y fue el primer oficial en llegar al lugar. Según su declaración ante el juez Alejandro Javier Tomas, la operadora del 911 le informó que Gómez había reportado que “su amigo aparentemente se había tirado del balcón” y que ella estaba encerrada. Sin embargo, al llegar al edificio, Quinteros y su compañero tuvieron dificultades para ubicar el departamento exacto, hasta que una pareja de vecinos les indicó que habían escuchado gritos de una mujer pidiendo auxilio desde un balcón. Los vecinos también mencionaron que la puerta del departamento había sido forzada para ingresar.
Al acceder al lugar, Quinteros encontró a Gómez en el interior del departamento. La joven, según su relato, estaba parada con una lata de cerveza en la mano, con el pelo húmedo, el maquillaje corrido y los ojos enrojecidos, como si hubiera llorado. Gómez le preguntó por la ambulancia que había solicitado para su “amigo” y le señaló la puerta del dormitorio, donde Quinteros encontró el cuerpo sin vida de Ponce, tendido boca arriba y vestido solo con ropa interior. El personal del servicio de emergencias 107 confirmó que el hombre había fallecido.
Quinteros también describió a Gómez como “inquieta” y confusa en sus explicaciones. En un momento, la joven le contó que habían salido a tomar algo, que ambos habían consumido pastillas, se habían dormido y que, al despertar, se encontró con la escena del crimen. Este testimonio fue complementado por el del perito Hugo Rafael Cabezas, quien documentó la intervención de los especialistas del Ministerio Público Fiscal en el lugar. Cabezas detalló que los vecinos le informaron que habían visto a Gómez llorando y hablando por teléfono desde el balcón, afirmando que estaba encerrada y no tenía llaves.
Entre los elementos recolectados en la escena, Cabezas mencionó seis latas de cerveza abiertas, manchas de color pardo-rojizo, un cuchillo encontrado debajo de la cama y ropa húmeda. Además, confirmó que el edificio contaba con cámaras de seguridad, lo que podría aportar más información sobre lo ocurrido. Estos testimonios y evidencias forman parte de un caso complejo en el que las versiones de la Fiscalía y la defensa chocan, mientras se busca esclarecer si el homicidio fue premeditado o un acto de defensa ante una agresión sexual.