La Corte Suprema de Justicia de la Nación resolvió mantener firme la decisión judicial que dispuso el encarcelamiento del exgobernador tucumano y exsenador nacional José Jorge Alperovich, condenado en junio pasado a 16 años de prisión por una serie de delitos de abuso sexual agravado. La resolución implica que la detención inmediata ordenada tras la sentencia queda plenamente validada.

José Alperovich en Puerto Madero acompañado por Marianela Mirra, la ex Gran Hermano señalada como su pareja
Hasta este fallo, la defensa del exmandatario, que actualmente cumple prisión domiciliaria en un departamento de Puerto Madero debido a problemas de salud, había intentado revertir sin éxito la medida cautelar que lo mantiene privado de la libertad. Los planteos fueron rechazados en todas las instancias judiciales previas y finalmente llegaron al máximo tribunal. Los ministros Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti declararon “inadmisible” el recurso extraordinario presentado, cerrando así cualquier posibilidad de excarcelación.
El origen del caso se remonta al 18 de junio de 2024, cuando el Tribunal Oral Nº 29, bajo la conducción unipersonal del juez Juan Ramos Padilla, dictó la sentencia que encontró a Alperovich culpable de tres hechos de abuso sexual simple y de seis episodios de abuso sexual agravado por acceso carnal, ocurridos entre 2017 y 2018. Esa misma jornada, al finalizar el debate oral, el magistrado dispuso la detención inmediata del acusado y su prisión preventiva, decisión que motivó la apelación de su equipo legal.
El Ministerio Público Fiscal se opuso rotundamente a la excarcelación. El fiscal Sandro Abraldes sostuvo en la audiencia que “el ciudadano José Jorge Alperovich cuenta con sobrados medios económicos y relaciones de poder, a punto tal que una serie de testigos han acudido a la sala de audiencias a mentir y protegerlo, lo que incluso ha llevado a la fiscalía a denunciarlos penalmente. En el escenario presentado, es claro que la prisión preventiva es la única medida cautelar que permite conjurar el evidente y muy elevado riesgo de fuga que surge de la actual situación de José Jorge Alperovich”.
El juez Ramos Padilla compartió ese criterio, destacando el “sinfín de pruebas sólidas, precisas y concordantes contra el acusado” y advirtió que, pese a que la condena aún no estaba firme, la severidad de la pena impuesta y la influencia del condenado representaban un peligro concreto de fuga. “Se puede anticipar que en caso de recuperar su libertad intentará eludir el accionar de la justicia y perjudicar los objetivos del proceso”, indicó.
La defensa alegó que la medida vulneraba el principio de presunción de inocencia, y argumentó que el arraigo familiar y económico del imputado no podían ser interpretados como un factor de riesgo. Sin embargo, la Cámara Nacional de Casación Penal desestimó la apelación, remarcando que esos elementos no eran suficientes para contrarrestar los motivos esgrimidos por el tribunal oral. En ese fallo se sostuvo que las alternativas propuestas por la defensa tampoco resultaban idóneas para neutralizar los riesgos procesales señalados.
Frente a ese revés, los abogados de Alperovich presentaron un recurso extraordinario federal, que fue elevado en queja a la Corte Suprema. Sin embargo, el máximo tribunal resolvió no hacer lugar al planteo y lo consideró inadmisible, cerrando así la discusión en esta etapa.
La causa se inició en 2019, cuando una sobrina segunda del exgobernador, 35 años menor que él, denunció haber sido víctima de abusos sexuales durante la campaña en la que Alperovich intentaba postularse para un cuarto mandato en la provincia. Según la investigación, los hechos ocurrieron entre diciembre de 2017 y marzo de 2018 en distintos lugares: en San Miguel de Tucumán, Yerba Buena y en el departamento del imputado en Puerto Madero, el mismo en el que hoy cumple arresto domiciliario.
La acusación sostuvo que en todos los episodios existió un patrón de conducta marcado por la intimidación y el abuso de poder, aprovechando la relación de dependencia laboral y jerárquica que mantenía con la denunciante. “Avasalló totalmente a la víctima, la convirtió en un objeto de su placer sexual”, afirmó el fiscal.
En la sentencia condenatoria, el tribunal fue contundente al remarcar que los abusos se produjeron en un contexto de violencia, coacción e intimidación, y que el acusado se valió de la asimetría de poder que tenía frente a la víctima. “Alperovich abusó de su sobrina segunda, valiéndose de la asimetría de poder que tenía frente a ella. Él era su jefe, detentaba un poder político de inmensa magnitud en la Provincia”, señala uno de los tramos centrales de los fundamentos de la condena.