El fiscal Ignacio López Bustos, quien investiga el asesinato del niño de 5 años, tiene definidos los delitos que el representante de la acusación le imputará a la agente policial, Manuela Medina, , por los cuales si sobrevive al trance que atraviesa, podría purgar una pena de prisión perpetua. Por otro, pidió que se inicie una investigación en torno a la entrega del arma con la que cometió el filicidio.

Con la investigación en curso se pudo conocer detalles del crimen. Se supo por ejemplo que la mujer llamó por teléfono a la Dirección de Patrulla Urbana para denunciar que su hijo y ella estaban heridos.
Un oficial llegó al domicilio y se alarmó al escuchar llantos y gemidos, por lo que trató de ingresar, pero al encontrar la puerta trabada con pasador, pidió ayuda a un vecino, Emanuel Exequiel Bazán (29), con quien lograron forzr el ingreso al inmueble, donde hallaron a la mujer en la cama, abrazando el cadáver del niño.Pocos minutos después, personal de Homicidios, al mando de los comisarios Ramón Moreno, Diego Bernachi y los peritos del ECIF, dirigidos por el fiscal López Bustos, analizaron la escena del crimen. El forense, tras varias horas de trabajo, confirmó que el pequeño había recibido tres disparos a quemarropa. En tanto que la mujer fue trasladada al centro asistencial de la zona y luego derivada al Centro de Salud, donde se encuentra internada.
Los investigadores hallaron cinco vainas -la misma cantidad de heridas que sufrieron los protagonistas del caso- y determinaron que la filicida no pudo seguir disparando porque se le trabó el arma.
Medina estuvo en pareja más de cinco años con Cristian Jiménez. Hace dos años decidieron poner punto final a la relación. La ruptura del vínculo no fue pacífica. Ambos se denunciaron por violencia de género y las causas fueron atendidas por las fiscalías especializadas. Esa fue la razón por la que la policía se quedó sin su arma reglamentaria.
El padre de la víctima, según informaron sus familiares y él mismo reconoció en una carta, también inició una demanda en el fuero civil para reclamar por la tenencia del pequeño por los problemas que tenía su ex. Nadie resolvió totalmente sus planteos.
“Ella lo hacía sufrir con el niño. No quería que lo viera, le impedía el contacto porque no quería volver a retomar la pareja”, explicó María Eugenia, compañera de trabajo de la acusada de filicidio. “En la base, cuando estaba de licencia, era común que llamara para denunciarlo por cualquier cosa. Al principio, creíamos que vivía un calvario hasta que nos dimos cuenta de cómo venía la mano. Por eso los jefes le quitaron el arma”, añadió la uniformada.
Ferreyra confirmó esos dichos al señalar que personal de la comisaría de Los Ralos varias veces acudió en vano a brindarle auxilio. “Nunca quiso denunciar. Higidio Véliz también contó la situación que vivió su sobrino. “A él le dictaron una perimetral porque había mentido que la había agredido. No podía acercarse a la casa de ella para buscar a su hijo. También tuvo que contratar a un abogado para conseguir un régimen de visita que ella se cansó de incumplir. Denunció esa situación, pero nadie lo escuchó”, resumió.
Hasta aquí todo parece indicar que Medina planeó la muerte de su hijo para vengarse de su padre. Esperó que le dieran el alta del tratamiento psicológico que le habían ordenado hacer para solicitar que se le reintegre el arma que le había dado la fuerza. Ese trámite lo completó el lunes, según confirmaron fuentes judiciales.
Desde ese día comenzó a llamar a su ex pareja. “Lo que tengo entendido es que ella en un audio le pidió a mi hijo que fuera a toda costa, según creen porque quería matarlo también. Le había dicho que un viejo lo había violado al niño”, explicó Véliz.
López Bustos, hasta aquí, no encontró ninguna evidencia que le permita sospechar que en el caso participó otra persona, por lo que hasta aquí la única acusada es Medina y si llega a fallecer, la causa será archivada./Fuente:Contexto