El proceso judicial por el femicidio de Julia Elena Espinoza llegó a su fin este martes, cuando el Tribunal Penal resolvió imponer prisión perpetua a Pablo Guillermo Mamaní, de 42 años. Los jueces consideraron plenamente demostrado que el acusado fue responsable del homicidio, agravado tanto por el vínculo de pareja que lo unía a la víctima como por la existencia de un claro contexto de violencia de género.
La investigación estuvo a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Homicidios II, dirigida por el fiscal Carlos Sale, mientras que en el debate oral la acusación estuvo representada por la auxiliar de fiscal Luz Becerra. Durante su alegato final, la funcionaria judicial remarcó que la evidencia incorporada permitió establecer “de manera absolutamente contundente” que Espinoza fue asesinada por Mamaní luego de años de maltratos.
Entre los elementos que sostuvieron la imputación, la Fiscalía resaltó los resultados de las pericias de ADN, que revelaron restos genéticos del acusado en el cordón utilizado para inmovilizar y comprimir el cuello de la víctima. A ello se sumó el informe de autopsia, que determinó que la causa de muerte fue una asfixia mecánica por estrangulamiento, junto con un golpe de gran intensidad en la cabeza. Tras escuchar las palabras de cierre de los familiares de la víctima, el Tribunal se reunió a deliberar y finalmente anunció su resolución condenatoria.
Cómo ocurrió el femicidio
Según la acusación, la noche del 4 de mayo de 2025, alrededor de las 21:30, Espinoza estaba conversando con Víctor Ulises Arce en la entrada de la Escuela N.º 393 “Miguel de Azcuénaga”, ubicada en Los Nogales, Tafí Viejo. En ese momento apareció en el lugar Mamaní, quien mantenía una relación sentimental con la mujer. Al advertir su presencia, Arce se retiró, quedando solos ambos integrantes de la pareja.
De acuerdo con la reconstrucción fiscal, entre las 22:30 y la medianoche, Mamaní —que ya tenía un historial de agresiones físicas y psicológicas hacia Espinoza— actuó con la determinación de asesinarla. Primero la habría golpeado en la cabeza y, posteriormente, la estranguló: comenzó utilizando sus manos y luego empleó el cordón de su pantalón deportivo, con el que sujetó el cuello de la víctima a una reja de la escuela hasta provocarle la muerte. Una vez consumado el hecho, se retiró del lugar y regresó a la vivienda que compartían.