La pequeña de tan solo siete años que resultó gravemente herida por un disparo en la cabeza en el barrio San Cayetano falleció ayer por la tarde tras sufrir muerte cerebral. El Ministerio Público Fiscal tomó medidas rápidas: imputó a dos de los presuntos responsables por tentativa de homicidio, agravado en doble instancia por el uso de armas de fuego y por actuar en concurso premeditado de dos o más personas. Los otros dos involucrados ya fueron identificados y sobre ellos pesa una orden de detención.
El incidente ocurrió el jueves 20 de noviembre alrededor de las 16.20, mientras Z.R.V se encontraba en la casa de su abuelo paterno, situada en la calle Ricardo Rojas de San Cayetano. La menor estaba en la parte delantera de la vivienda junto a otros dos niños, quienes, debido a las altas temperaturas del día, se refrescaban jugando con agua. En ese momento, escucharon una motocicleta frenar de manera brusca y vieron a cuatro jóvenes acercarse. De inmediato, uno de ellos disparó al menos cinco veces, impactando uno de los proyectiles en la cabeza de la niña, que estaba montada en su bicicleta. Mientras los otros menores lograron correr hacia el interior de la casa, Z.R.V quedó inmóvil sobre el rodado. Su tía relató a LG Play: “Cuando la veo que seguía arriba de la bici, me acerco y ahí cae. Ahí puedo ver que tenía el impacto de bala. Empecé a gritar y los vecinos también empezaron a gritar quiénes eran”.
Rápidamente, su madre y su abuelo acudieron en su auxilio. Ante la tardanza de la ambulancia, un vecino se ofreció a trasladarlos en motocicleta hacia la Policlínica de San Cayetano, y debido a la gravedad de la lesión, la niña fue derivada de urgencia al Hospital de Niños. Inés Gramajo, directora del hospital, informó que la menor ingresó al quirófano donde se le colocó un catéter de PIC y se realizaron procedimientos para desplaquetizarla con el objetivo de controlar una “hipertensión craneana refractaria”.
Durante la jornada, la familia, preocupada por la falta de información, protestó frente a la entrada de Emergencias del hospital, denunciando que no habían recibido un parte médico actualizado. La tensión creció al punto de que los presentes intentaron quemar gomas en la vía pública, pero la policía intervino rápidamente para contener la situación. Minutos después, los médicos convocaron a Claudia, madre de la menor, para informarle que su hija permanecía en terapia intensiva, en estado crítico y con asistencia respiratoria. “Es una pesadilla lo que estamos viviendo. Ella no se merecía nada de esto, es una nena que no le hizo mal a nadie”, declaró entre lágrimas. Finalmente, alrededor de las 19.45, los médicos confirmaron el fallecimiento de la niña por muerte cerebral.
Mientras la familia lidiaba con la tragedia, la investigación avanzaba de manera paralela. Durante la tarde y noche del jueves y a lo largo del viernes, efectivos de la División de Homicidios, bajo la supervisión de los comisarios Miguel Carabajal y Susana Montero, trabajaron sobre la escena del crimen y entrevistaron a testigos para identificar a los responsables. La comisaria Montero precisó que los disparos no fueron al azar, sino dirigidos a la vivienda donde estaba la niña. La tía de la menor añadió: “Esto ya pasó antes; es la cuarta vez que lo hacen. Cada vez que fuimos a poner la denuncia, nunca actuaron. A la mamá incluso le pidieron un testigo para poder denunciar. Si hubiesen actuado antes, esto no hubiese pasado”. Hasta el momento, los motivos detrás del ataque aún no fueron esclarecidos.
Hasta el cierre de la cobertura, dos de los cuatro sospechosos habían sido detenidos e imputados por el fiscal Pedro Gallo, titular de la Fiscalía de Homicidios I. En una audiencia, el auxiliar de fiscal Lucas Maggio formuló cargos contra un joven de 19 años y otro de 16, acusándolos como coautores del delito de homicidio doblemente agravado por uso de armas de fuego y por actuar en concurso premeditado, en grado de tentativa. Con la confirmación del fallecimiento de la víctima, la imputación se agravaría. Tras presentar la teoría del caso y las evidencias, el fiscal solicitó prisión preventiva por cuatro meses para el mayor, y medidas provisorias equivalentes para el menor, solicitudes que fueron aceptadas por la jueza Ana Iácono.
Fuentes policiales informaron que los otros dos involucrados, de entre 18 y 20 años, ya están identificados y con orden de detención, por lo que se esperan nuevas medidas en las próximas horas. Los cuatro jóvenes residían cerca del lugar del crimen, eran conocidos por generar problemas en la zona y tenían antecedentes por robos y disturbios. Algunos vecinos lograron identificarlos rápidamente. Según la hipótesis fiscal, el autor de los disparos sería uno de los prófugos, apodado “Chueco”, quien sacó el arma de entre sus ropas y comenzó a disparar mientras sus cómplices insultaban y arengaban.
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