Otro robo millonario en una joyería del microcentro

Hace casi un mes, el 21 de febrero, una joyería ubicada en el microcentro fue blanco de un robo significativo, un episodio que recuerda lo ocurrido recientemente en otro local del mismo rubro en la calle Córdoba al 500. En ambos casos, la metodología empleada por el delincuente ha llevado a sospechar que podría tratarse del mismo autor, quien fue detenido hace pocos días en relación con el último de los asaltos.

El atraco tuvo lugar en una galería comercial alrededor de las cinco de la mañana y representó un golpe económico importante para los dueños del establecimiento, quienes sufrieron una pérdida de aproximadamente $1.500.000 entre dinero en efectivo y piezas de oro. Ana Villagra, propietaria de la joyería, compartió su angustia en una entrevista con el diario La Gaceta, donde describió la devastadora situación en la que quedó su negocio tras el robo. «Nos dejaron sin nada», expresó, explicando que los fondos sustraídos estaban destinados a cubrir alquileres, servicios y mercadería. A pesar de la difícil situación, aseguró que intentará sobreponerse con el apoyo de su familia.

Las cámaras de seguridad captaron el momento en que un individuo ingresó al local tras romper el cristal de la puerta de entrada. Según Villagra, el delincuente se movió con gran seguridad, como si conociera de antemano la distribución del lugar y los puntos exactos donde hallar dinero y objetos de valor. Esta precisión en su accionar es lo que ha llevado a las autoridades a considerar que podría tratarse de la misma persona que recientemente perpetró otro asalto en una joyería cercana.

El principal sospechoso es un hombre de 36 años que fue aprehendido en las últimas horas. Tanto las imágenes registradas por las cámaras como el testimonio de vecinos apuntan a que se trataría del mismo individuo involucrado en el robo de la joyería de la calle Córdoba. Sin embargo, aunque la investigación avanza, las posibilidades de recuperar lo sustraído son mínimas. «Sabemos que el dinero y el oro no van a aparecer, pero al menos esperamos que el responsable enfrente las consecuencias de sus actos», afirmó Villagra.

Además del impacto económico y emocional del robo, la comerciante expresó su descontento con la administración de la galería comercial Sol, donde se encuentra su negocio. Según detalló, en la madrugada del asalto, la seguridad del establecimiento estaba en manos de un empleado temporario que cubría el período de vacaciones del guardia habitual. Esta situación, sumada a irregularidades detectadas en los accesos al recinto, ha despertado sospechas sobre una posible complicidad en el crimen.

El episodio no fue un hecho aislado, ya que esa misma madrugada otro local dentro de la galería, dedicado a la venta de calzado, también fue saqueado. De acuerdo con Villagra, el ladrón demostró un conocimiento preciso sobre la ubicación de las cajas con dinero, ya que se dirigió directamente hacia ellas. Este dato refuerza aún más la hipótesis de que el delincuente tenía información previa sobre el lugar y su funcionamiento.