Una mujer de 31 años ha sido acusada de cometer hurto simple, así como de intento de hurto simple, tras dos incidentes que tuvieron lugar en un motel situado en la calle Crisóstomo Álvarez, en la ciudad capital, durante el pasado fin de semana.
La intervención en este caso fue llevada a cabo por la auxiliar de la fiscalía, Natalia María Carabajal, quien estuvo acompañada por la instructora Gladys Casal. Esta acción se realizó bajo la dirección del titular de la Unidad Fiscal de Robos y Hurtos IV, Diego Hevia. Durante la solicitud de prisión preventiva por un período de 45 días, Carabajal destacó ciertos riesgos procesales, tales como la falta de arraigo de la acusada y la posibilidad de que esta pudiera obstruir la investigación, ya que el cómplice involucrado en el primer hecho aún no ha sido localizado.
Además, Carabajal hizo hincapié en que la acusada ya tenía una condena de ejecución condicional previa, fechada el 27 de noviembre del año pasado. “Si se determina su culpabilidad en esta investigación, necesariamente deberá cumplir la pena de forma efectiva. En caso de que se le permita la libertad, podría afectar a su compañero en el delito, quien se encuentra prófugo de la Justicia”, advirtió la auxiliar fiscal. En última instancia, el juez a cargo del caso optó por reducir el plazo de prisión preventiva a 25 días. Tras escuchar el testimonio de la víctima, también decidió establecer una consigna policial móvil como medida preventiva.
Cómo fueron los hechos
El primer incidente ocurrió el sábado 28 de septiembre, alrededor de las 23:05 horas, cuando una pareja ingresó por separado al motel mencionado, situado entre las calles Moreno y la avenida Sáenz Peña. Ambos pagaron por una estadía de 12 horas y se les asignó la habitación N°5. Actuando de manera coordinada y con la clara intención de robar, sustrajeron un televisor marca Sanyo de 32 pulgadas que estaba fijado a la pared mediante un soporte de hierro. Utilizaron un destornillador para desmontarlo, llevándose también el control remoto. Después de realizar el hurto, abandonaron el motel por separado; el hombre, cuyo paradero sigue sin conocerse, transportaba el televisor robado en una funda de almohada.
El segundo incidente ocurrió al día siguiente, el domingo 29 de septiembre, a las 07:00 horas. En esta ocasión, la mujer regresó al mismo motel, solicitando una nueva habitación, a pesar de que aún tenía horas de su estadía anterior por aprovechar. Se le asignó la habitación N°2. Sin embargo, cuando la empleada del motel ingresó a limpiar la habitación anterior, se dio cuenta de que el televisor y su control remoto habían desaparecido. Ante esta situación, la empleada alertó a la propietaria del motel, quien se dirigió al lugar.
Al llegar a la nueva habitación donde se encontraba la acusada, la dueña tocó la puerta y, al ingresar, sorprendió a la mujer con un destornillador azul en la mano, momento en el cual había comenzado a desmantelar un segundo televisor de la nueva habitación. Posteriormente, la hija de la propietaria llamó a la policía, que se presentó rápidamente y procedió a la detención de la mujer, llevándola a la comisaría para su procesamiento.
