En el barrio Parque, situado en el sector este de San Miguel de Tucumán, los vecinos viven una situación de gran malestar debido a una ola de robos de cables que se viene repitiendo en los últimos días. María Fernanda García, una de las residentes del lugar, expresó con firmeza su indignación: “Estamos hartos. Hace más de diez días venimos sufriendo el accionar de ladrones que se dedican a cortar los cables, los destruyen y cuando descubren que no contienen cobre, simplemente los arrojan. En el medio quedamos los vecinos, sin servicios básicos o teniendo que desembolsar sumas altísimas para volver a contar con energía eléctrica”.
La problemática afecta a por lo menos doce manzanas comprendidas dentro del perímetro que marcan las avenidas Benjamín Aráoz al sur, Circunvalación al este, Coronel Suárez también hacia el este y Guatemala al norte. Pablo Herrera, otro vecino de la zona, manifestó la impotencia de los residentes al remarcar que los ataques ya no se producen solamente durante la noche, como ocurría antes, sino que ahora se registran también en horas de la siesta. Según detalló, la situación se vuelve aún más incomprensible porque los robos se producen a tan solo un par de cuadras del Palacio de los Deportes y de la pista del ex autódromo —lugares donde hay presencia policial y hasta una garita instalada— e, incluso, muy cerca de la seccional 11ª. “Lo más preocupante es que, pese a esta cercanía con puestos de seguridad, no se ve una respuesta concreta”, señaló.
Los perjuicios no se limitan a la falta de luz. Luciana Jiménez, residente del complejo habitacional conocido como Las Torres de Barrio Parque, relató que los habitantes de los cuatro edificios permanecieron incomunicados más de 24 horas debido a que los delincuentes sustrajeron alrededor de 100 metros de fibra óptica. Al percatarse de que no contenía cobre, el material fue descartado, pero el daño ya estaba hecho: “Por culpa de esos salvajes, nos quedamos sin internet todo un día”, comentó con enojo. La mujer reflexionó además sobre la dependencia actual de la conexión digital: sus hijos, que atravesaban los exámenes trimestrales, no pudieron estudiar, mientras que su esposo —que algunos días trabaja de manera remota— debió trasladarse hasta su lugar de trabajo, lo que obligó a la familia a buscar de urgencia quién se hiciera cargo del cuidado de los chicos.
El problema también fue corroborado por trabajadores de empresas proveedoras de servicio. Hugo, integrante de una cuadrilla de más de diez operarios de Telecom que llegó al lugar con dos camiones para reparar los daños, explicó que el corte dejó sin servicio de internet a cuatro manzanas completas. “Cada vez estamos más expuestos a este tipo de situaciones. Lo alarmante es que provocan destrozos inútiles, porque estos cables no contienen cobre, que es lo único que los ladrones buscan”, señaló.
Sin embargo, la fibra óptica no es lo único que se ve afectado: los cables de electricidad sí contienen cobre y se han convertido también en blanco de los delincuentes. Esto generó que varios hogares quedaran sin energía eléctrica. María Fernanda Rodríguez, otra de las vecinas, describió cómo actúan los responsables: doblan los caños metálicos que conducen los cables desde la línea principal hasta las viviendas, maniobra extremadamente riesgosa, pero que realizan sin sufrir consecuencias. “No sé si un electricista se animaría a hacer eso sin miedo a electrocutarse”, comentó con asombro. En su caso personal, el costo de reparar el daño fue altísimo: tuvo que pagar 150 mil pesos para recuperar el servicio, aunque reconoció que gastó menos que otros vecinos que llegaron a desembolsar más de 200 mil. Con indignación recordó que en el pasado también le robaron el medidor de gas y el de luz, lo que le obligó a invertir grandes sumas para protegerlos. “Ya no sé qué hacer, cada vez es un gasto nuevo”, lamentó.
La indignación vecinal también radica en que, aunque ven presencia policial en la zona, los controles no alcanzan para prevenir los robos. Esteban Herrera, trabajador de una empresa de transporte, remarcó que efectivos de la Vial realizan controles en la esquina de Mario Bravo y pasaje José Luis Borges, pero que eso no impide que continúen los ataques. “Algunos piensan que son robos menores, pero son los que más indignan, porque obligan a gastar enormes cifras. ¿Qué tucumano puede disponer de más de 200 mil pesos para solucionar esto? Muy pocos, y sin embargo no podés quedarte sin luz. Hubo familias que incluso tuvieron que pedir préstamos o sacar créditos para resolver el problema”, comentó.
Ante la magnitud de los reclamos, desde la Policía se informó que reforzarán la presencia en el barrio con el objetivo de prevenir nuevos episodios y dar con los responsables de los hechos ocurridos en los últimos días. Al mismo tiempo, instaron a los vecinos y a la comunidad en general a realizar las denuncias correspondientes, lo que permitirá diagramar operativos más específicos y eficaces.Fuente/La Gaceta
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