La madrugada del viernes 27 de junio marcó el inicio de un episodio violento y trágico en la vivienda que compartían Hugo Zelaya, de 72 años, su esposa Estela Medina, de 62, y Rosa Andrada, la madre de Estela y suegra de Hugo, quien tenía 104 años. Cerca de la medianoche, comenzó una brutal agresión que, una hora más tarde, terminó con la muerte de la anciana y con Estela gravemente herida. Hugo fue detenido en el lugar y, dos días después, se le imputaron cargos por el homicidio de Rosa y por tentativa de femicidio contra su esposa.

Según el testimonio de Estela, aquella noche Hugo comenzó a atacarla violentamente con la intención de acabar con su vida. En medio de la agresión, ella logró pedir auxilio gritando hacia su madre, aunque debido a su avanzada edad Rosa no pudo intervenir para ayudarla. Finalmente, Estela consiguió escapar y solicitar ayuda a los vecinos, y cuando la policía arribó, encontraron a Rosa fallecida dentro del domicilio. Hugo, en un primer momento, declaró falsamente que habían sido víctimas de un robo, pero fue arrestado y acusado formalmente. Durante la audiencia de formulación de cargos, decidió no declarar.

Sin embargo, la historia parece tener un giro inesperado. Hugo ha compartido con sus allegados una versión muy distinta de los hechos y está preparando su defensa. Según él, no asesinó a Rosa y no recuerda con exactitud lo que ocurrió esa noche. Afirma que jamás dañaría a su suegra, a quien le tenía afecto, y aunque su memoria es confusa, rechaza la acusación. Relata que ya estaba acostado y casi dormido cuando su esposa empezó a agredirlo sin motivo aparente. Ante esto, dice que se defendió como pudo, teniendo en cuenta que su edad y un accidente cerebrovascular sufrido el año anterior le habían disminuido sus fuerzas. Reconoce haber golpeado a Estela, pero sostiene que fue en defensa propia.

Respecto a Rosa, manifiesta no haberla visto durante el altercado y no puede situarla en su memoria. No obstante, plantea una hipótesis: cree que la anciana podría haber intentado intervenir en la pelea, y que él, por instinto, pudo haberla empujado o sacudido para alejarla, provocando accidentalmente su caída y muerte.

En el plano físico, los detalles sobre los cuerpos de los involucrados aportan elementos para el esclarecimiento. Rosa, que oficialmente nació en 1929 aunque ella misma afirmaba haber cumplido más de 100 años, era una mujer de baja estatura (menos de 1,50 metros) y peso ligero, cerca de 50 kilos, con deterioro cognitivo. Esto genera dudas sobre si pudo haberse lanzado sobre Hugo, quien mide más de 1,70 metros, pese a que él había sufrido un ACV que redujo su movilidad, aunque su esposa y su fisioterapeuta aseguran que recuperó buena parte de su capacidad física. De hecho, un video reciente lo muestra bailando con agilidad.

Queda también la incógnita sobre si la muerte de Rosa fue consecuencia de una caída accidental o si ocurrió tras la huida de Estela. La autopsia, firmada por el médico forense Mauricio Fernández, determinó que Rosa falleció por un shock hipovolémico debido a múltiples lesiones traumáticas, con hematomas en diversas partes del cuerpo y fracturas en el tórax. Internamente, se encontraron hemorragias y fracturas múltiples que confirman la violencia del episodio. Además, una nieta de Rosa relató que, al entrar a la casa presentándose como enfermera, vio a la anciana muerta con la cabeza atrapada bajo una silla en posición que sugiere algo más que una simple caída accidental.

Las versiones que dan Estela y Hugo son diametralmente opuestas. Estela presenta heridas graves: hematomas en cabeza, rostro y cuerpo, mordeduras con pérdida de tejido y heridas en manos con uñas arrancadas, mientras que Hugo solo muestra lesiones leves, con algunos raspones y moretones superficiales. Según Hugo, fue Estela quien inició la agresión intentando matarlo, mientras que ella sostiene que fue él quien intentó asesinarla.

El proceso judicial continuará con un juicio oral donde se decidirá la verdad de lo sucedido. La abogada de Hugo defiende que su cliente actuó en legítima defensa y niega que haya tenido intención de matar a Rosa. Por otro lado, Estela afirma haber sufrido violencia de género por años, aunque nunca denunció. También revela que Hugo estuvo preso dos años por un homicidio del que finalmente fue absuelto.

Un testigo clave, cuya identidad se mantiene en reserva, habría presenciado episodios de violencia previos y pudo intervenir en defensa de Estela. Esta declaración podría ser incorporada próximamente al expediente. La familia de Hugo sostiene que Estela tenía un carácter dominante y que, tras el ACV, lo aisló socialmente. Cabe destacar que la tarde del hecho Hugo recibió la visita de su hijo y colaboraba en la defensa legal de Estela en una causa por violencia.

Actualmente, Hugo se encuentra bajo detención domiciliaria, debido a su edad, ya que la ley provincial impide prisión preventiva para mayores de 70 años. Porta una tobillera electrónica, aunque no hay un sistema de alerta para la víctima. Estela y su familia, a pesar de que el fiscal ordenó custodia permanente, recién comenzaron a recibir protección policial tras una entrevista pública.

Se habla también de un posible juicio abreviado, que implicaría un acuerdo entre la defensa y la Fiscalía para reconocer responsabilidad y aceptar una pena menor. Si Hugo admitiera que la muerte fue accidental, podría recibir una condena reducida y posiblemente cumplirla en libertad. Sin embargo, Estela y su entorno rechazan cualquier acuerdo, considerando el homicidio agravado por el vínculo y la vulnerabilidad de Rosa, y exigiendo prisión perpetua.

Existe además la posibilidad de que se plantee la figura de femicidio vinculado, es decir, que el asesinato de Rosa haya sido para causar daño emocional a Estela, lo que también conllevaría pena máxima. Aunque Estela puede expresar su desacuerdo con un juicio abreviado, no tiene poder de veto y el juez podría aprobarlo de todas formas.

La investigación sigue en curso y la justicia aguarda resultados de peritajes, testimonios y evaluaciones que ayuden a esclarecer lo ocurrido aquella noche fatídica. Será la ciencia y el proceso judicial quienes finalmente determinen la verdad, para que se haga justicia por Rosa y se proteja a Estela.

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