La Justicia ordenó 18 días de prisión preventiva para un joven de 21 años, acusado de formar parte de la banda que protagonizó un violento asalto en una vivienda del barrio San Cayetano, la cual fue incendiada posteriormente. La víctima del ataque es un familiar directo del hombre imputado por el brutal asesinato de una menor de siete años ocurrido semanas atrás, y la Fiscalía analiza si este vínculo familiar pudo haber sido un factor que motivó el hecho.
Este martes, la Unidad de Robos y Hurtos IV del Ministerio Fiscal formalizó la acusación contra el sexto integrante del grupo delictivo. El auxiliar de fiscal Leonel Sosa, siguiendo las instrucciones del titular de la UFI, Carlos Saltor, precisó que el episodio ocurrió el 21 de noviembre y está caratulado como “robo doblemente agravado por uso de arma de fuego y por haber sido cometido en poblado y en banda”.
Sosa describió la gravedad del hecho: “Se trata de un episodio sumamente serio, cometido por seis personas. Se realizaron aproximadamente veinte disparos dentro de la vivienda. Un menor, cuya declaración en Cámara Gesell aún está pendiente, logró escapar por la parte trasera del domicilio. Luego del robo, los atacantes incendiaron la casa”.
La Fiscalía solicitó que la prisión preventiva del joven coincidiera con la de los otros cinco acusados, medida que había sido requerida el viernes anterior, y el juez hizo lugar a la solicitud, estableciendo que el plazo vencerá el 26 de diciembre. Además, se confirmó que el detenido está siendo investigado en otra causa que examina específicamente el incendio posterior al robo.
Según la reconstrucción del hecho, el viernes 21 de noviembre, alrededor de las 20:00, la víctima escuchó ruidos en el local frente a su vivienda, ubicada en calle Brígido Terán al 1700. Al salir a observar, vio ingresar al imputado junto a otros cinco sujetos —dos de ellos identificados como “Gordo Goma” y “Alias 22”— por el portón principal.
Portando armas de fuego, los delincuentes efectuaron aproximadamente veinte disparos dentro de la casa. Uno de ellos, armado con un cuchillo, amenazó a la víctima, quien logró escapar corriendo. Aprovechando la confusión, los atacantes sustrajeron diversos objetos, entre ellos un lavarropas, un secarropas, una balanza digital, dos televisores, una planchita de pelo y calzado. Minutos después, incendiaron la propiedad.
El vínculo entre este hecho y el asesinato de la menor de siete años —por ser la víctima del robo familiar del imputado— se encuentra bajo análisis para determinar si el ataque constituyó un acto de represalia o una forma de intimidación. La investigación continúa abierta y no se descartan nuevas imputaciones en los próximos días.
