Sepultan a la víctima del primer asesinato del año, mientras los familiares claman por justicia

El primer homicidio registrado en Tucumán en 2025 sigue sin esclarecerse. Enzo Núñez, un joven de 27 años, perdió la vida tras ser baleado en un violento enfrentamiento que, según las autoridades, surgió de un conflicto vecinal. A pesar de los esfuerzos de la familia y los vecinos para obtener justicia, los responsables del crimen siguen prófugos.

El trágico suceso ocurrió el pasado domingo, cuando Núñez, un trabajador del barrio San Fernando, salió de su casa y se encontró con un vecino conocido como «Kevin», quien estaba acompañado de su padre, apodado «Pelusa». Testigos aseguran que Núñez le reclamó a Kevin una deuda de $5.000 que este último le debía desde hacía semanas. El reclamo derivó en una pelea a golpes entre ambos. En medio del altercado, Pelusa, que observaba la escena desde una moto, sacó un arma de fuego y disparó contra Núñez, hiriéndolo en el pecho y en el tobillo.

Núñez, quien era descrito por su primo, Marcos Juárez, como un joven trabajador que no dejaba de esforzarse, se ganaba la vida como jardinero, cadete y dueño de un lavadero de autos en su propia casa. «Lo mataron a sangre fría y no tuvo tiempo de defenderse. Toda la familia está movilizada y no vamos a parar hasta que se haga justicia», expresó Juárez.

Después del ataque, Núñez fue llevado al hospital Padilla. Aunque al principio los médicos no consideraron sus heridas como graves, su estado empeoró rápidamente y falleció tres días después. La familia de la víctima ha denunciado negligencia médica, argumentando que no se realizaron los estudios adecuados para evaluar la gravedad de las heridas de Núñez. «Nos dijeron que la bala en el pecho no era grave, pero después descubrimos que no hicieron ningún estudio para localizarla», afirmó Juárez.

Este caso resalta el creciente problema de inseguridad en los barrios periféricos de Tucumán, donde la posesión de armas se ha vuelto común. «Estos barrios son como el lejano oeste. Cualquier disputa termina en disparos», comentó Luis Jiménez, un vecino de la zona. Tanto los familiares de Núñez como los vecinos lamentan que dos familias conocidas estén ahora enfrentadas por este trágico suceso.

Tras el ataque, Kevin y Pelusa abandonaron el barrio, dejando a sus familiares sin dar respuestas a las autoridades ni a la comunidad. Pelusa, quien es conocido por su trabajo como verdulero en la zona, no ha sido visto desde entonces. Según fuentes judiciales, la policía mantiene vigilancia en su hogar mientras continúa la búsqueda de los sospechosos.

El fiscal Carlos Sale, quien lleva el caso, aseguró que tiene suficientes testimonios para imputar a Kevin y Pelusa por el homicidio de Núñez. Sin embargo, ambos siguen en fuga. «Parece que nadie los está buscando», denunció Juárez, quien también expresó su frustración por el hecho de que la familia de los acusados cuente con custodia policial, mientras ellos enfrentan dificultades para despedir a su ser querido.

Aunque se maneja la posibilidad de que los acusados se entreguen en las próximas horas, la demora en su captura está generando creciente tensión en el barrio y aumentando la indignación de la familia de la víctima. Este caso pone de manifiesto las dudas sobre la capacidad de las autoridades para responder a la violencia vecinal creciente y la eficacia del sistema judicial en un contexto de inseguridad en aumento.