El proceso judicial que investiga el homicidio ocurrido el 7 de marzo de 2024 en San Miguel de Tucumán continúa avanzando con nuevos testimonios claves. La víctima, Ángel Iván Albornoz, se hallaba en el asiento del conductor de una camioneta Renault Kangoo gris, estacionada bajo el puente de la autopista de circunvalación General San Martín, cuando fue brutalmente atacado. Según consta en la acusación, Luis Ariel Vidal le disparó en reiteradas ocasiones con la intención de matarlo.
Los disparos que recibió Albornoz fueron cuatro. Dos de ellos causaron heridas letales: uno ingresó por la parte posterior del cráneo y salió por la mandíbula izquierda, y otro atravesó el pómulo derecho, también con salida por la zona mandibular. Estas lesiones provocaron un grave traumatismo encéfalo craneano (TEC), que resultó fatal. Los otros impactos afectaron el hombro derecho —con salida por el tórax anterior, sin comprometer órganos vitales— y el antebrazo izquierdo.
Según precisó el fiscal a cargo del caso, Ignacio Gallo, antes de escapar del lugar del crimen, Vidal intentó destruir evidencia al rociar el interior del vehículo con alcohol para prenderlo fuego. Sin embargo, este intento de encubrimiento no se concretó.
La causa avanzó hacia el juicio oral y público, que se encuentra en curso. En la audiencia realizada el martes 29 de julio, la Fiscalía reiteró la acusación contra Vidal por homicidio agravado por el uso de arma de fuego, en calidad de autor, solicitando una condena de 20 años de prisión efectiva. El tribunal que lleva adelante el debate está conformado por los jueces Sebastián Mardiza, Fanny Siriani y Cynthia Lorena Rocha.
Durante el juicio, un testigo presencial aportó un relato fundamental para la causa. Esta persona contó que alrededor de las 17:40, mientras se dirigía con su hijo en moto a un entrenamiento, pasó por debajo del puente donde ocurrió el hecho. Allí vio una camioneta blanca detenida, frente a un auto rojo. Según su testimonio, dentro del vehículo rojo se encontraba una persona cuyas prendas coincidían con las que vestía el imputado el día del asesinato. Añadió que los motores de ambos vehículos estaban apagados y que no había otros autos en la zona, por lo que continuó su camino al club.
También prestaron declaración varios expertos del Equipo Científico de Investigaciones Fiscales (ECIF). Un perito confirmó que la camioneta presentaba signos de haber estado expuesta a altas temperaturas, especialmente del lado del conductor, mientras que otro especialista verificó la existencia de residuos de disparos en el interior del vehículo, que fueron debidamente recolectados para análisis posteriores.
Además, se escucharon otras voces relevantes en la audiencia. Un amigo del fallecido detalló las últimas comunicaciones que mantuvo con él, mientras que un conocido del acusado relató conversaciones sobre una deuda pendiente que Vidal tenía con él. Un oficial de la División Homicidios de la Policía provincial también declaró, describiendo las diligencias llevadas a cabo durante la etapa investigativa.
Se espera que en las siguientes jornadas del juicio comparezcan más peritos del ECIF, quienes explicarán las metodologías utilizadas para trabajar en la escena del crimen, cómo se manejaron las pruebas y cómo se confeccionaron los informes técnicos, garantizando el cumplimiento de los protocolos forenses establecidos.
