La fiscal Mariana Rivadeneira, al frente de la investigación en curso, ha decidido intensificar las pesquisas contra un docente de biología acusado de intentar raptar a dos adolescentes en la localidad de San Andrés, al este de la capital tucumana. Como parte central de esta estrategia, se ha solicitado el análisis exhaustivo de todos los dispositivos de almacenamiento de datos que fueron incautados tanto en su vehículo como en su domicilio, con el objetivo de determinar la posible existencia de material pornográfico y su conexión con redes de difusión de contenido pedófilo.
Reconstrucción de los hechos: dos ataques en una misma noche
Los cargos presentados por la auxiliar fiscal Mónica Torchan ante el tribunal detallan una sucesión de eventos alarmantes. El primer incidente ocurrió la noche del viernes, alrededor de las 21 horas. El imputado, V.O.B. (cuyas iniciales se utilizan para preservar su identidad legal), interceptó desde su automóvil Peugeot 208 a una adolescente de 15 años que regresaba a su hogar después de realizar una compra en un quiosco del barrio. Según consta en la denuncia policial, el hombre llamó a la joven y, una vez que esta se acercó, le mostró un video de contenido pornográfico en la pantalla de su teléfono celular. Acto seguido, intentó subirla a la fuerza al interior del vehículo.
El hombre tiene 43 años.
Casi de manera inmediata, aproximadamente a las 22:30 horas y en la misma zona, se produjo un segundo ataque con un modus operandi idéntico. En esta ocasión, la víctima fue una niña de 13 años. El acusado volvió a detener su auto, la llamó y, repitiendo su patrón de actuación, le mostró un video pornográfico. Cuando intentó forzarla físicamente a entrar al coche, la menor opuso resistencia y comenzó a gritar pidiendo auxilio. Sus alaridos alertaron a vecinos y allegados, quienes acudieron de inmediato en su rescate, lo que obligó al agresor a huir precipitadamente del lugar.
La persecución ciudadana y la detención
Este segundo intento fallido desencadenó una respuesta comunitaria espontánea pero decisiva. Vecinos indignados iniciaron una persecución por varias cuadras de San Andrés, siguiendo al sospechoso en una camioneta mientras alertaban a las autoridades a través del servicio de emergencias 911. La comunicación con la policía permitió la coordinación con un móvil patrullero y un vigía de la localidad vecina de Banda del Río Salí, logrando finalmente interceptar y detener al individuo en la intersección de la ruta 9 y la calle Congreso.
El clima de conmoción y terror vivido esa noche queda perfectamente reflejado en el testimonio de los vecinos. Luciana Martínez relató: “Quedamos espantados. Por los grupos de WhatsApp de vecinos, una mujer contó lo que había pasado y que estaba implicado un auto rojo. Al rato, otra persona dijo que había sucedido lo mismo en otro lugar. Ahí nos espantamos todos”. Por su parte, Ernesto Palavecino añadió, reflejando la alarma general: “Evidentemente el tipo es un enfermo que estaba empecinado en abusar de alguna niña. Ojalá que no lo dejen salir más de la cárcel porque volverá a hacer lo mismo”.
Allanamientos y hallazgos perturbadores
Tras la aprehensión, efectivos policiales al mando de los comisarios Mario Choque y Carlos Ruiz procedieron a registrar el vehículo del detenido. El operativo arrojó hallazgos sumamente preocupantes: se incautaron dos teléfonos celulares, varios dispositivos de almacenamiento (presuntamente con material pornográfico), un colchón inflable, ropa erótica de mujer y diversas vestimentas. La investigación también reveló que el individuo se desempeñaba como profesor de biología en un establecimiento educativo de la capital.
Posteriormente, se realizó un allanamiento en su domicilio, ubicado en Monteagudo al 600, en el Barrio Norte, donde se secuestraron más dispositivos de almacenamiento para su análisis. Vecinos del edificio aportaron información crucial que sugiere un patrón de conducta previo, revelando que el docente ya había sido objeto de múltiples denuncias ante el consorcio y las autoridades por realizar gestos obscenos y masturbarse frente a adolescentes, aunque ninguna de estas acusaciones había culminado en una condena previa. Además, se supo que, justo antes de su arresto, el hombre había pasado varias horas merodeando y observando en la plaza principal de San Andrés.
Estrategia de la investigación y prisión preventiva
Los investigadores manejan la hipótesis de que el acusado seleccionaba deliberadamente la periferia de la ciudad para buscar víctimas, con la probable intención de evitar levantar sospechas. No obstante, resultó atípico y arriesgado que concentrara dos intentos en un lapso menor a dos horas y dentro de la misma área geográfica, lo que ultimately precipitó su captura.
El juez de control dispuso la prisión preventiva del imputado por un plazo de 45 días. Paralelamente, la fiscal Rivadeneira ha ordenado una revisión minuciosa de todos los casos similares de abuso sexual y tentativas de rapto registrados en la zona en el último tiempo, con el fin de establecer posibles vínculos con el docente ahora detenido. El análisis forense de sus equipos tecnológicos será fundamental para confirmar o descartar su participación en una red delictiva más amplia dedicada a la explotación de menores.