Se dictó prisión preventiva para una joven acusada de drogar y robar a sus víctimas. Esta persona utilizó sustancias narcóticas para incapacitar a aquellos con quienes se encontraba en un departamento, y les sustrajo una considerable cantidad de dinero en euros y dólares.
La investigación está a cargo de la Unidad Fiscal Especializada en Robos y Hurtos I, liderada por Diego Alejo López Ávila, quien estuvo representado en la audiencia de control de detención por la auxiliar de fiscal Fernanda Antoni Piossek. Durante esta audiencia, se formularon los cargos y se solicitó la aplicación de medidas coercitivas.
La identidad de la imputada se mantiene en reserva debido a que aún queda por realizarse una rueda de reconocimiento. Fue arrestada el 11 de octubre durante un allanamiento en el barrio San Miguel de la capital. La Fiscalía requirió una prisión preventiva de 20 días, argumentando la existencia de peligros procesales, como el riesgo de fuga y la posibilidad de obstruir la investigación. “Es importante considerar la gravedad de la forma en que se cometió el delito, el cual parece haber sido planificado con anterioridad; llevaban consigo sustancias narcóticas para emplear en las bebidas de sus víctimas”, señaló la investigadora del Ministerio Público Fiscal (MPF).
El juez encargado del caso decidió no imponer las medidas coercitivas más severas. En su lugar, estableció que la joven debía presentar una caución personal de $1.000.000 y cumplir con una serie de reglas de conducta, que incluyen la obligación de permanecer a disposición del Tribunal y presentarse tres veces por semana en la sede policial para firmar el Libro de Comparendo.
En cuanto a los hechos, se informó que el 6 de octubre, a las 6:30 horas, la acusada y otra joven estaban en un departamento de la calle Crisóstomo Álvarez, junto con el dueño del lugar y varias personas que habían conocido en un boliche. Con el objetivo de incapacitar a sus víctimas, les ofrecieron bebidas mezcladas con una sustancia narcótica, lo que llevó a que estas se durmieran. Aprovechando esa situación, las acusadas sustrajeron del interior de un armario una caja fuerte que contenía dos armas de fuego, € 4.500, U$S 6.000, cadenas de oro y otros objetos de valor, como perfumes, antes de darse a la fuga.