💼⚡ Reforma laboral: la CGT afronta su mayor reto en décadas y se alista para un fuerte enfrentamiento con Milei

Dentro de la CGT reina una fuerte incertidumbre. Mientras el Gobierno avanza sin pausa con su proyecto de reforma laboral, desde la central obrera aseguran que en ningún momento recibieron una invitación oficial para debatir los cambios. Según comentan en la cúpula sindical, el primer contacto que tuvieron con el borrador fue igual al del resto: una filtración que comenzó a circular de manera informal entre legisladores de La Libertad Avanza en el Senado, diputados del PRO y periodistas, hasta llegar finalmente a las oficinas gremiales.

A partir de ese momento, un equipo jurídico de la CGT —integrado por Marta Pujadas, Federico West Ocampo, Pablo Topet y otros especialistas— inició un análisis minucioso del documento, mientras que en paralelo se comenzó a redactar una propuesta alternativa, en caso de que el Ejecutivo decida abrir algún canal de negociación.

El dirigente de la UOCRA, Gerardo Martínez, quien integra el Consejo de Mayo convocado por Javier Milei para discutir políticas de largo plazo, buscó obtener precisiones después del último encuentro de ese espacio. Por eso mantuvo una conversación con el asesor presidencial Santiago Caputo, intentando saber si el Gobierno tenía decidido avanzar sin modificaciones con la reforma laboral o si aún existía margen para una discusión más amplia.

En ese mismo sentido, desde la CGT también se establecieron intercambios informales con Martín y Eduardo “Lule” Menem, además de un diálogo reciente entre el ministro del Interior, Diego Santilli, y Cristian Gerónimo, uno de los nuevos integrantes del triunvirato cegetista. Todas estas conversaciones coincidieron en un mensaje tranquilizador: desde el oficialismo insistieron en que los cambios proyectados no serían una ofensiva directa contra los sindicatos. Sin embargo, la calma duró poco.

La preocupación dentro del mundo gremial creció todavía más cuando pudieron leer el texto completo que circula en el Congreso. Varios dirigentes remarcan que uno de los mayores problemas es que resulta difícil identificar quién tiene realmente la última palabra dentro del Gobierno. “Los funcionarios con los que hablamos nos dijeron una cosa, pero nadie puede garantizar que la decisión final pase por ellos”, comentó a Clarín un referente sindical.

El panorama que enfrenta la CGT es uno de los más desafiantes desde 1984, cuando la administración de Raúl Alfonsín impulsó la conocida “Ley Mucci”, un proyecto de reorganización sindical que obtuvo luz verde en Diputados pero cayó en el Senado, dominado entonces por el peronismo. Aquella derrota fue determinante y provocó la salida del ministro de Trabajo de ese momento, Antonio Mucci.

Hoy, muchos dirigentes creen que podría repetirse una situación similar. Según los cálculos internos de la CGT, la Cámara de Diputados sería más favorable al oficialismo, pero el escenario en el Senado luce más complejo para el Gobierno. Confían en que los senadores vinculados al peronismo votarán en contra y recuerdan que, días atrás, los gobernadores de Provincias Unidas les aseguraron que no respaldarían ninguna iniciativa que no contara con el visto bueno de los gremios.

“Esperar lo mejor, prepararse para lo peor”

Con ese espíritu, los referentes de la CGT ya analizan cómo actuar si la Casa Rosada decide seguir adelante sin modificar un solo punto del proyecto. Un dirigente de peso aseguró que, si el Gobierno no ajusta su propuesta, la tensión será inevitable: se evaluarían medidas de fuerza escalonadas, desde declaraciones de alerta hasta movilizaciones y paros. “Los diputados que voten a favor tendrán que volver después a sus provincias”, advirtió con dureza.

Otro líder sindical planteó que la estrategia será avanzar paso a paso: primero buscar respaldo legislativo, luego convocar protestas cuidadosamente planificadas —marcando el ritmo para evitar errores políticos— y, como último recurso, recurrir a la Justicia. “El Ejecutivo también se va a desgastar —advirtió—. ¿No les afectará que se frenen Vaca Muerta, los puertos o la actividad minera?”

En este contexto, la CGT restableció la relación con Marcelo Rucci, titular del sindicato de Petroleros de Río Negro, Neuquén y La Pampa, un dirigente con peso propio en la zona donde se encuentra Vaca Muerta. Rucci había tomado distancia de la conducción anterior, pero su participación vuelve a ser clave ante un posible conflicto.

Dentro del sindicalismo sostienen además que varios artículos del borrador podrían ser declarados inconstitucionales si llegaran a aprobarse. Aseguran que el proyecto vulnera compromisos internacionales y afecta derechos básicos como el ejercicio de huelga, por lo que confían en que la Justicia terminará interviniendo.

Mientras tanto, la nueva conducción cegetista —integrada por Cristian Gerónimo, Octavio Argüello y Jorge Sola— se prepara para debutar frente al mayor desafío de su etapa. Los dirigentes saben que la suerte de la reforma laboral podría marcar para siempre este inicio de gestión.