En medio de los debates internos dentro del peronismo respecto a la estrategia electoral en la provincia de Buenos Aires con vistas a las elecciones legislativas, el gobernador bonaerense, Axel Kicillof, lideró un acto en el Teatro Argentino de La Plata. El evento, enmarcado bajo el lema “La Argentina del Futuro”, tuvo lugar en el cierre del “Ciclo de debates del futuro”, una iniciativa organizada por Daniel Menéndez, subsecretario de Economía Popular de la provincia. La actividad contó con la presencia de la mayoría de los funcionarios del gabinete provincial, además de intendentes y militantes.
Previo al encuentro, circulaban especulaciones sobre la posibilidad de que Kicillof anunciara el desdoblamiento electoral, pero desde el comienzo de su discurso dejó en claro que su intervención estaría centrada exclusivamente en la temática del plenario. “Este es un espacio de formación política, no una conferencia de prensa ni una instancia para anuncios. Si alguien esperaba otra cosa, lamento desilusionarlo”, aclaró el mandatario provincial, disipando cualquier expectativa sobre novedades en el calendario electoral.
Durante su intervención, Kicillof estructuró su discurso en tres segmentos principales: primero, analizó el contexto internacional; luego, presentó una evaluación de la gestión del presidente Javier Milei; y, finalmente, abordó la situación de la provincia de Buenos Aires. En este marco, también envió un mensaje a la dirigencia del Partido Justicialista.
Al referirse a la situación mundial, el gobernador hizo hincapié en la inestabilidad y los conflictos en curso, describiendo la actualidad internacional como un período de “gran transición, incertidumbre y tensiones”. En esta línea, calificó la reciente decisión de Donald Trump de aumentar los aranceles a las importaciones como “uno de los giros más drásticos en la economía estadounidense de las últimas décadas”, marcando un punto de inflexión en la política comercial de ese país.
Kicillof también criticó la postura de Milei ante esta medida, subrayando que el presidente argentino celebró la medida estadounidense con la creencia de que Argentina sería beneficiada por su vínculo con Trump, cuando en realidad el país fue afectado por las mismas tarifas que otras naciones de la región. En este sentido, el gobernador cuestionó la actitud de subordinación de Milei hacia la administración norteamericana, contrastándola con la reacción de otros líderes latinoamericanos que optaron por enfrentar la situación en lugar de aceptarla pasivamente. “El 10% de arancel que nos impusieron también lo tienen Colombia, Brasil y Chile, cuyos gobiernos, lejos de someterse, defienden sus intereses”, destacó.
En su análisis económico, el mandatario provincial argumentó que la decisión de Estados Unidos de aumentar los aranceles marca el fin del paradigma del libre comercio, una doctrina defendida por Milei pero que incluso potencias como Estados Unidos están abandonando. “Esto demuestra que la teoría económica neoliberal, que se enseñó por décadas, está siendo descartada incluso por quienes la promovieron”, señaló. Según Kicillof, la política de Trump responde a la crisis estructural de Estados Unidos, que enfrenta un grave déficit fiscal y un alto nivel de endeudamiento.
Asimismo, Kicillof estableció un paralelismo entre la situación actual de Argentina y la política de desindustrialización iniciada tras el golpe cívico-militar de 1976. En su opinión, las medidas implementadas por Milei repiten la misma estrategia económica de aquella época, con consecuencias similares para el aparato productivo nacional.
En otro pasaje de su exposición, Kicillof abordó la situación interna del peronismo, instando a la discusión y la autocrítica dentro del espacio político. Según el gobernador, la experiencia de la gestión del Frente de Todos debe ser analizada con profundidad para identificar errores y evitar repetirlos en el futuro. “No se trata de señalar culpables ni de pasar facturas, sino de entender qué falló y aprender de ello”, afirmó.
Además, enfatizó la importancia de mantener un debate interno sin descalificaciones ni exclusiones, instando a construir una estrategia política que genere confianza y representación popular. “Si no somos capaces de dar las discusiones necesarias, estamos condenados al fracaso”, advirtió.
En síntesis, el discurso de Kicillof combinó un análisis del escenario global con críticas a la política económica de Milei y una reflexión sobre la necesidad de fortalecer el debate interno en el peronismo para proyectar un futuro político más sólido y efectivo.
