Bullrich presentó un plan para que los presos trabajen ocho horas diarias en las cárceles

La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, presentó un ambicioso programa denominado Manos a la Obra en el Complejo Penitenciario de Ezeiza, que será implementado por el Servicio Penitenciario Federal (SPF) en todo el territorio argentino. Este plan tiene como principal objetivo que todas las personas privadas de su libertad trabajen durante ocho horas diarias dentro de las cárceles, en un intento por reformar la estructura penitenciaria y la relación que los detenidos tienen con la sociedad y la deuda que mantienen con esta.

Durante el lanzamiento del programa, Bullrich subrayó la importancia de transformar el sistema penitenciario y cumplir con la Constitución Nacional y el Código Penal, que estipulan que los presos deben colaborar en el mantenimiento de las instalaciones y, además, pagar su deuda con la sociedad a través del trabajo. La ministra destacó que este programa no es más que la aplicación de lo que ya está establecido por ley. En este sentido, afirmó de manera tajante que no permitirán que las personas detenidas cobren un sueldo sin realizar ningún tipo de trabajo. Asimismo, indicó que si algún juez decidiera lo contrario, llevarían el caso hasta la Corte Suprema, porque consideran que esto sería una injusticia para el resto de la sociedad.

La propuesta tiene como lema “ocio cero”, y Bullrich enfatizó que el ocio no puede ser considerado un tratamiento penitenciario, sino una entrada a lo que describió como la «cultura tumbera», la cual, según ella, es destructiva para la sociedad. A partir de la implementación de este programa, todos los internos estarán obligados a trabajar, lo que marca un cambio radical en la política penitenciaria del país.

Además, se instalarán sistemas biométricos para asegurar el cumplimiento de las jornadas laborales de ocho horas diarias. El trabajo de los presos se centrará, en gran medida, en el mantenimiento de los establecimientos penitenciarios, como la pintura y reparación de las instalaciones, lo que también incluye la confección de uniformes para el personal penitenciario y los propios internos.

Bullrich resaltó que la intención del gobierno es devolver a la sociedad lo que esta ha perdido, y dejó en claro que no quieren que los delincuentes sean liberados sin haber trabajado para reparar, al menos en parte, el daño que han causado. Comparó la situación de los presos con la de cualquier persona honrada que trabaja arduamente cada día para obtener un salario, subrayando que no permitirán que los internos reciban el mismo o más dinero que quienes han seguido un camino legal.

Durante su discurso, Bullrich también habló de las diferencias entre las personas que respetan las leyes y aquellas que eligen delinquir, asegurando que se acabó la era en la que todos los presos cobraban sin trabajar. Además, anunció que presentarán una propuesta de modificación de la ley de ejecución de la pena privativa de la libertad, cuyo punto central será que solo quienes trabajen recibirán un salario, eliminando el pago automático a aquellos que no colaboren.

En otro momento del acto, Bullrich habló sobre la injusticia de que la sociedad, compuesta por personas honestas que han sido víctimas de robos, asesinatos y violaciones, deba financiar las cárceles y el mantenimiento de los presos, quienes hasta ahora no contribuían a ese gasto. Esta situación, según la ministra, se revertirá con el nuevo programa, poniendo fin a lo que considera una injusticia estructural.

Por su parte, Julián Curi, subsecretario de Asuntos Penitenciarios, destacó los logros de la gestión penitenciaria en los últimos diez meses, mencionando la instalación de un sistema para presos de alto riesgo y la resistencia exitosa ante 620 hábeas corpus presentados. Curi también reveló que se cruzarán datos de los presos que cobran pensiones por invalidez para eliminar los beneficios a aquellos que no lo merezcan.

Fernando Martínez, director nacional del SPF, también se pronunció en el evento, subrayando que el presupuesto penitenciario había crecido exponencialmente en los últimos años, sin que ello se tradujera en una mayor productividad por parte de los internos. Señaló que, históricamente, muchos talleres penitenciarios estaban vacíos, y los presos cobraban un subsidio encubierto sin trabajar. Ahora, con el programa Manos a la Obra, esto cambiará radicalmente, con una ocupación laboral esperada de más del 60%, en lugar del 34% actual.

Finalmente, la prueba piloto del programa comenzó en el Complejo 4 de mujeres de Ezeiza, donde las internas ya están trabajando en el mantenimiento de las instalaciones. Este esquema se replicará en cárceles de todo el país, bajo estricta supervisión del SPF, garantizando que los internos trabajen en labores útiles para las cárceles, contribuyendo así a su propia rehabilitación y a la reducción del costo que representan para la sociedad.