En los últimos días, el diputado nacional Aldo Leiva se vio envuelto en un episodio de gran polémica ocurrido en la Plaza General Belgrano de la ciudad de General San Martín, Chaco, a apenas diez días de las elecciones legislativas nacionales. La controversia se desató cuando Leiva se opuso a la instalación de un gazebo perteneciente a La Libertad Avanza, partido que tenía previsto realizar allí actividades de campaña con la presencia del gobernador Leandro Zdero, y procedió a retirarlo del lugar.
Durante el enfrentamiento, el legislador también agredió a un camarógrafo, arrojándolo al suelo y dañando su teléfono celular, lo que generó una amplia difusión de imágenes y videos del incidente, captados tanto por testigos como por el propio diputado. En respuesta, Leiva aseguró que las imágenes habían sido editadas y atribuyó la difusión a un jefe policial al que acusó de actuar como vocero del gobierno provincial.
El conflicto comenzó cuando Leiva llegó a la plaza en un vehículo estacionado de manera irregular y se encontró con militantes de la lista 503 de La Libertad Avanza, alineada con el oficialismo provincial. La disputa central giró en torno a la ubicación del gazebo blanco del partido opositor, que el diputado retiró argumentando contar con la autorización municipal para instalar allí un stand de Fuerza Patria. Pese a los reclamos de los presentes, Leiva decidió permanecer en el lugar, sentándose sobre un cubo de cemento mientras hablaba por teléfono.
La situación escaló hasta el enfrentamiento con el camarógrafo Gerardo Galarza, quien relató que el diputado lo empujó, le arrojó el celular al piso y lo pisó hasta romperlo. Tras el hecho, Leiva utilizó sus redes sociales para ofrecer su versión, señalando que la policía provincial intervino indebidamente, que él y sus militantes fueron agredidos por “pseudoperiodistas” y que la intención del gobierno de Zdero era silenciar voces opositoras.
El episodio generó la reacción del gobierno chaqueño, que a través de su Secretaría de Asuntos Estratégicos emitió un comunicado rechazando la violencia, en especial cuando proviene de funcionarios electos. La administración de Zdero consideró “inadmisible” la conducta del diputado, subrayando la importancia de la libertad de prensa, el respeto institucional y el diálogo como pilares de la democracia.
Leiva, por su parte, es conocido en la Cámara de Diputados por su particular estilo en las sesiones, que incluye quedarse con la última palabra durante las votaciones y ocurrencias como colocarse una peluca durante debates legislativos. En este contexto, el episodio en General San Martín suma otra imagen polémica a su trayectoria y reaviva tensiones políticas en la provincia a pocos días de los comicios.