En los últimos días, se volvió viral un video en el que aparece Lucía Elena Montenegro, legisladora porteña y miembro del bloque La Libertad Avanza, encabezando un acto en la Ciudad de Buenos Aires. En el evento, la diputada de 26 años organizó un homenaje en honor a más de 300 maestros de artes marciales, destacando su rol en la formación de niños y adolescentes. Según sus palabras, estas disciplinas contribuyen a forjar una sociedad mejor.
Montenegro compartió el evento en sus redes sociales y escribió: «Estos docentes encarnan una muralla al despiadado avance de los vicios… Representan a millones de practicantes en múltiples lugares, realizan su labor sin que el Estado tenga que invertir un solo peso». Durante la ceremonia, que incluyó vestimenta ceremonial, diplomas y gritos al estilo samurái, la diputada presentó el reconocimiento como una manera de valorar el esfuerzo de quienes luchan contra el crimen, las adicciones y otras problemáticas sociales.
La legisladora aseguró que los costos del evento fueron cubiertos con fondos propios, aunque en la red social X (antes Twitter) muchos usuarios cuestionaron la veracidad de esta afirmación.
Uno de los comentarios más críticos ironizó: «Por el espíritu samurái nos sentimos poseídos cuando vemos que la plata de los contribuyentes se va en mantener pobres limítrofes y en los hobbies de los legisladores, hacernos un harakiri es lo único que nos despierta».
Otro usuario planteó dudas sobre la procedencia del dinero utilizado: «¿Todo lo hacés con dinero de tu bolsillo? ¿O alguien te mantiene?». En la misma línea, un comentario más preguntó: «¿Invitaste a 300 personas sin pagar viáticos o también salieron de tu bolsillo mágico?».
Frente a los cuestionamientos, Montenegro respondió en su perfil: «Pasión de guerreros, entiendo que a todos no les guste, y menos a los K».
Mientras tanto, su colega Lilia Lemoine salió en su defensa y elogió su desempeño con el mensaje: «Leal, buena, inteligente, bonita y artista marcial; 100% alineada con Karina y Javier. ¡Dame 10!».
Con un mandato vigente hasta 2025 en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, Montenegro es una joven militante de La Libertad Avanza que practica y enseña un arte marcial llamado Chaiu Do Kwan, creado por su propio padre, Antonio Agustín Montenegro. Su irrupción en la política ocurrió en 2021, cuando, en plena campaña electoral, se viralizó un video en el que subía al escenario de un acto libertario y ejecutaba patadas en el aire sin pronunciar palabra. Desde que asumió su banca, ha presentado únicamente 14 proyectos legislativos.
Además de su actividad en La Libertad Avanza, Montenegro ocupa la presidencia de la filial porteña de «Unite», un partido del cual también fue tesorera y que integra junto a su padre y José Alejandro Bonacci. Este último es propietario del sello del partido «Unite por la Libertad y la Dignidad» y padre de la diputada nacional Rocío Bonacci.
La diputada también ha sido señalada por la contratación de Ricardo Yebra Díaz como asesor en la Legislatura porteña. Yebra Díaz, exsoldado de la Armada en el ARA Santísima Trinidad y vinculado con el nacionalismo de ultraderecha, es administrador de grupos en redes sociales como «Unidad Federal Nacionalista Tacuara». Su nombre cobró notoriedad en 2022 cuando presentó a Victoria Villarruel en un acto de homenaje a víctimas del terrorismo. Su presencia en la Legislatura reavivó el debate sobre la influencia de sectores de ultraderecha en las instituciones del país.
El padre de Lucía, Antonio Montenegro, ha tenido un rol activo en diversos movimientos políticos de derecha en Argentina. Como referente de la agrupación Acción Ciudadana, su trayectoria incluye el respaldo a figuras como Alejandro Biondini y Aldo Rico. Desde los años 70, se ha dedicado a la enseñanza de artes marciales para cuerpos de seguridad y custodios privados.
Existen testimonios que lo vinculan con la organización paramilitar Triple A, aunque no hay registros oficiales que confirmen su participación directa. Sin embargo, es conocido por su amistad con Mohamed Alí Seineldín, el líder del levantamiento carapintada de 1990, a quien en alguna oportunidad describió como «demasiado grande para un mundo tan pequeño».
Durante la última dictadura cívico-militar, su actividad no estuvo del todo clara, pero en la década de 1980 brindó apoyo a Seineldín y, en los años 90, fundó Acción Ciudadana. Este sello político luego sirvió como plataforma para familiares y allegados de Biondini. En 2013, cuando el dirigente neonazi lanzó el partido Bandera Vecinal, Montenegro quedó al frente de Acción Ciudadana y, en 2017, impulsó la candidatura de su hija Lucía en la lista llamada «Dragón».
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