La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner se sumó a la ola de reacciones que generaron las declaraciones del designado embajador de Estados Unidos en Argentina por parte de Donald Trump. Se trata de Peter Lamelas, quien, durante su exposición ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado estadounidense, delineó una visión altamente intervencionista y polémica sobre su futura función diplomática en el país sudamericano.
Durante su presentación oficial, Lamelas expuso intenciones que despertaron fuertes críticas: no solo señaló al peronismo y a las fuerzas de izquierda como “un gran problema” que debe ser erradicado, sino que además expresó que uno de sus objetivos sería garantizar que la exmandataria argentina “reciba el castigo judicial que merece”. Estas afirmaciones provocaron una inmediata reacción de Cristina Kirchner, quien desde su cuenta de X (ex Twitter), respondió con sarcasmo e indignación. “Qué nivel de obsesión, bro”, escribió la exjefa de Estado, dejando en evidencia el tono provocador con el que interpretó las palabras del diplomático.
La intervención de Lamelas también incluyó una defensa entusiasta del actual presidente argentino, Javier Milei, a quien calificó como “amigo de Trump”, y con quien, según afirmó, buscará profundizar la relación bilateral entre ambos países. Según el embajador designado, Washington apuesta firmemente por fortalecer vínculos estratégicos con la administración libertaria y fomentar la cooperación en áreas como seguridad, inteligencia y lucha contra el crimen organizado, aunque sus propuestas abarcan una supervisión más amplia y directa sobre la política interna argentina.
Este planteo encendió las alarmas entre diversos sectores del espectro político argentino, que interpretaron sus palabras como una señal de injerencia directa por parte del gobierno norteamericano. El periodista Gustavo Sylvestre, por ejemplo, señaló que el contenido del discurso de Lamelas da cuenta de un plan más amplio de los Estados Unidos en América Latina, al que asoció con procesos similares vividos por otros líderes progresistas como Lula da Silva en Brasil y Rafael Correa en Ecuador. En este sentido, consideró que lo que está ocurriendo en Argentina no es casual, sino parte de una estrategia internacional más profunda.
En una publicación más extensa, Cristina Kirchner redobló sus críticas. Utilizando una histórica consigna de la política argentina, recordó la disyuntiva “Braden o Perón”, que enfrentó a un diplomático estadounidense con el líder popular en los años cuarenta, y la reformuló para el contexto actual: “Lamelas… o Argentina”. Allí, explicó que el diplomático propuesto por Trump no sólo anunció que actuará como un supervisor de los gobernadores elegidos democráticamente en el país, sino que también adelantó su intención de frenar los acuerdos de cooperación con China. A modo irónico, agregó que su propia persecución judicial parece estar incluida en la agenda diplomática de Washington, lo que sugiere, en sus palabras, que el poder judicial argentino estaría influido por intereses externos.
Además, Cristina ironizó con dureza sobre el alcance del poder que Lamelas parece atribuirse: “Lo único que le faltó fue decir que iba a nombrar jueces él mismo”. También se refirió a la Doctrina Monroe, en la que Estados Unidos justifica su intervención en América Latina, sugiriendo que ni en esa época se había planteado una intromisión tan abierta. Por otro lado, cuestionó duramente la doble vara de la política y justicia norteamericanas: recordó que el propio Trump asumió con numerosas causas judiciales pendientes, y criticó la falta de avance en el esclarecimiento del caso Epstein, aludiendo a supuestos encubrimientos vinculados con pedofilia y abuso sexual.
En su análisis, Cristina también abordó la dimensión electoral del mensaje del diplomático, al acusarlo de actuar como parte activa de la campaña presidencial en favor de Milei. A su entender, tanto desde Washington como desde el FMI, se está operando para condicionar el voto popular en las elecciones legislativas de octubre, conocidas en Estados Unidos como “midterms”. “La campaña no la hacen los hermanos Milei; la hacen Washington y el Fondo”, sentenció.
En el cierre de su mensaje, la exmandataria elevó el tono de su denuncia y acusó a las llamadas “Fuerzas del Norte” de ser quienes realmente gobiernan la Argentina actual, desmitificando el discurso libertario sobre una supuesta cruzada espiritual o celestial. Para Cristina, tanto Trump como Milei y el FMI comparten una aversión a la democracia argentina, entendida como la posibilidad de que el pueblo elija libremente a sus representantes.
Como complemento, sumó dos posdatas. En una de ellas, se preguntó con sarcasmo si el embajador también piensa vigilar a empresarios locales que, asociados con compañías chinas, dominan sectores clave como las telecomunicaciones, y que incluso participaron de eventos diplomáticos en la embajada estadounidense. En la otra, cerró su planteo con una frase que sintetiza su visión sobre la disputa actual: “Hace 80 años era Braden o Perón. Hoy es Lamelas… o Argentina. Vos elegís”.
Durante el pasado fin de semana, el Instituto de Lucha Contra el Alcoholismo (IPLA) llevó…
Los hermanos Ariel y David Cunio, junto a Eitan Horn, fueron los tres ciudadanos argentinos…
En el contexto de las negociaciones de paz entre Israel y Hamas, que permitieron la…
En el inicio de la semana, el dólar oficial experimentó una baja de 80 pesos,…
En el marco de la ExpoCon 2025, los niños tucumanos Benicio Diez González y Luca…
Personal de la Comisaría Tafí Viejo Centro ejecutó una medida judicial que culminó con importantes…