En una dura intervención en redes sociales, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner apuntó con fuerza contra el presidente Javier Milei, luego de que este realizara una cadena nacional en la que respaldó los anuncios económicos del ministro de Economía, Luis Caputo. En su publicación en X (ex Twitter), la referente del peronismo lanzó una serie de críticas severas, acusando al mandatario de haber cedido ante las presiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) al aplicar una significativa devaluación del peso argentino. Según expresó, la depreciación de la moneda alcanzó casi un 30%, lo cual contradice —a su entender— las promesas de cambio que Milei había hecho en campaña.
Con tono sarcástico e irónico, Kirchner desestimó los fundamentos del nuevo régimen cambiario anunciado por el Gobierno, al considerar poco creíble la propuesta de permitir que el tipo de cambio se mueva dentro de una franja de entre $1.000 y $1.400 por dólar. Cuestionó directamente a Milei al decirle: “Che, al final es más de lo mismo”. A su vez, aprovechó para cargar contra el equipo económico y, especialmente, contra el propio Caputo, a quien responsabilizó de ser parte de un grupo —que bautizó como los “Caputo Boys”— al que acusó de haber perjudicado severamente al país en los últimos años, fugando divisas y aprovechando mecanismos financieros como el carry trade para enriquecerse.
Kirchner no se detuvo ahí: extendió sus críticas al FMI, al que comparó con otra «banda», y lo responsabilizó de seguir facilitando préstamos a gobiernos “gorilas” como los de Mauricio Macri y el actual, sin reparar en que ese dinero termina siendo pagado por los sectores más vulnerables de la sociedad, mediante ajustes que recortan derechos y profundizan la pobreza.
En otro tramo de su mensaje, la exmandataria mencionó los datos recientemente difundidos por el INDEC sobre el Índice de Precios al Consumidor de marzo, que reflejaron una suba del 3,7%. Con ironía, cuestionó esa cifra oficial al sugerir que la inflación que se vive en las calles es aún más alta. Señaló que el Gobierno implementó una devaluación justo cuando se conocía ese dato, y remarcó que esta situación ocurre en un contexto de un dólar artificialmente controlado y con un ajuste “histórico” que afecta directamente a los jubilados, los trabajadores y las provincias.
Con el estilo punzante que la caracteriza, Kirchner preguntó con sarcasmo cuál ha sido el resultado del famoso plan de recortes, simbolizado por la “motosierra” que Milei enarboló como emblema de su gestión. A su entender, lejos de mejorar la situación, las medidas del oficialismo están profundizando la crisis económica y fiscal, obligando al Gobierno a recurrir nuevamente a préstamos del FMI. A modo de ejemplo, señaló que el Banco Central perdió recientemente 400 millones de dólares en reservas —una cifra que, según destacó, serviría para reconstruir Bahía Blanca, gravemente afectada en semanas anteriores—.
La líder del Partido Justicialista también ironizó sobre el posible futuro de la política económica de Milei. Se preguntó si en los próximos días el presidente recibirá en la Casa Rosada a figuras del establishment financiero internacional, como Scott Bessent —exfuncionario de Donald Trump y hombre vinculado a George Soros—, para buscar más fondos, lo cual consideró contradictorio con los discursos “anti-woke” y ultraconservadores que Milei suele sostener ante sus seguidores más radicales.
Más adelante, Cristina profundizó su preocupación por las consecuencias sociales del rumbo económico del Gobierno. Planteó que los errores y fracasos del presidente no recaerán sobre sus funcionarios más cercanos ni sobre su entorno íntimo, sino que golpearán a los sectores que viven de su trabajo, a los jubilados y a quienes dependen de ingresos en pesos. Según su visión, mientras los grandes actores financieros ya están protegidos gracias a la dolarización de sus activos, es el pueblo argentino quien enfrentará el verdadero costo de las decisiones oficiales.
Advirtió que el país enfrenta un período muy adverso para quienes producen, trabajan y no tienen herramientas para defenderse frente a los embates del ajuste y la especulación financiera. Auguró que este panorama no cambiará hasta que finalice el mandato de Milei en 2027, y el país —según ella— pueda retomar un rumbo más justo, sensato y humano.
Ya sobre el final de su publicación, Cristina incluyó uno de sus clásicos posdatas, en el que comentó su impresión sobre la cadena nacional. Se refirió al tono moderado de Milei y su estilo pausado al leer, pero calificó sus declaraciones como “delirantes”. Cuestionó que el presidente proponga enfrentar una posible crisis global —atribuida a su “amigo” Donald Trump— a través de más ajustes que afectarían a la población argentina. “¿En serio querés matar a todos los argentinos?”, preguntó con ironía.
Finalmente, y sin perder el tono burlón, Kirchner aludió a la puesta en escena del discurso oficial. Comentó, de forma provocadora, que la disposición simétrica de los funcionarios en pantalla y sus expresiones serias hacían pensar en algún tipo de “ritual esotérico” incomprensible para la ciudadanía común. Con esa observación, cerró un mensaje cargado de críticas, ironías y advertencias sobre el futuro inmediato del país bajo la conducción actual.
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