Desde enero, los senadores se aumentarán las dietas a $9,5 millones mensuales

Después del impacto político que causó la expulsión del peronista Edgardo Kueider, el Senado se prepara para otro cambio significativo, ya que el 31 de diciembre vencerá la resolución que mantuvo congeladas las dietas de los legisladores. Como resultado, los sueldos de los senadores aumentarán a $9,5 millones mensuales a partir del 1 de enero, según la ley de enganche que se instauró durante el gobierno de Cristina Kirchner y se formalizó como ley en abril de este año.

La vicepresidenta, Victoria Villarruel, fue la encargada de poner este tema sobre la mesa durante una conferencia de prensa el jueves pasado, posterior a una sesión especial. En ella, informó que había solicitado discutir el congelamiento de las dietas, pero no se incluyó en el temario. Aunque aclaró que no toma decisiones en el Senado, indicó que espera que los legisladores actúen al respecto. «Espero que los senadores lo traten porque no soy senadora, no soy la que toma las decisiones», comentó. Sin embargo, les dejó claro que deben «estar a la altura de las circunstancias» y que «las dietas deben estar congeladas».

Desde el círculo cercano de Villarruel, se justificó la decisión de no aumentar las dietas, argumentando que los sueldos de los senadores son superiores a los de los diputados. No obstante, para que esta decisión se haga efectiva, debe contar con la aprobación del Senado. Actualmente, no está previsto que se convoque a una nueva reunión antes de que termine el año, por lo que una posible salida sería que Villarruel firme una resolución que prorrogue el congelamiento de las dietas hasta marzo, cuando comience el período ordinario. Sin embargo, muchos senadores están presionando para que se otorgue un aumento, aunque sea inferior al índice de inflación.

Aún no se ha definido qué parámetro se utilizará para calcular el aumento, ya que aunque la inflación mensual ha disminuido, el acumulado anual es de 112% y la interanual alcanza un 166%. Villarruel ya dejó claro que su intención es mantener las dietas congeladas, y si no se llega a un acuerdo, serán los senadores quienes deban aprobar los aumentos en el recinto.

Es importante recordar que en abril de este año, las dietas de los senadores experimentaron un aumento del 400%, pasando de $1,9 millones a $7.867.171 en bruto, lo que después de los descuentos se tradujo en $7.093.510, incluyendo la dieta, los gastos de representación y el desarraigo. Este aumento se implementó gracias a un sistema de actualización basado en 2.500 módulos, que determina los sueldos de los empleados del Congreso, más 1.000 módulos adicionales por gastos de representación y 500 más por desarraigo.

El tema volvió a ser polémico en agosto, cuando un nuevo aumento a los legisladores los llevó a cobrar más de $9 millones. Frente a las críticas sociales, los senadores suspendieron la aplicación del sistema de módulos y decidieron mantener el sueldo acordado en abril.

En noviembre, las tensiones aumentaron de nuevo con una nueva actualización para los empleados del Congreso, pero la resolución que congelaba las dietas seguía vigente. Según las estimaciones, si no se solicita una prórroga, los senadores comenzarán a recibir más de $9,5 millones en bruto a partir del 1 de enero, debido a los últimos aumentos. Por otro lado, en la Cámara baja no se aplica la ley de enganche, lo que ha provocado que las dietas de los diputados se queden rezagadas frente a las de los senadores. Actualmente, los diputados reciben $3.497.958 más $625 mil por desarraigo.