En el contexto de las tensiones generadas por los recientes incrementos salariales en el Congreso, una amplia mayoría de senadores decidió renunciar voluntariamente al aumento de sus dietas previsto tras la última actualización acordada a nivel legislativo. Esta decisión representa un gesto político y simbólico frente a las críticas sociales por los ingresos de la clase dirigente, especialmente en un escenario económico complejo.
Según trascendió, el aumento en cuestión habría elevado los haberes brutos de los legisladores a una cifra cercana a 9,5 millones de pesos mensuales, lo que despertó rechazo en distintos sectores de la sociedad y generó presión sobre los propios legisladores. Frente a ese escenario, numerosos senadores presentaron formalmente su negativa a percibir dicha suba, y algunos incluso fueron más allá: propusieron destinar esos fondos a instituciones de salud pública, como el Hospital de Pediatría Garrahan, con el objetivo de que los recursos no queden bajo la administración del Senado.
Cabe destacar que los únicos que no adhirieron a esta renuncia colectiva fueron los integrantes del bloque Unión por la Patria. Desde ese espacio, conducido por José Mayans, se manifestaron en contra de la medida, calificándola de “demagógica” y “meramente simbólica”, acusando al resto de los senadores de actuar “para la tribuna”, sin modificar realmente el sistema de privilegios en el que se enmarca la política nacional.
Por su parte, desde el bloque Juntos por el Cambio, una importante cantidad de representantes formalizó su decisión de rechazar el aumento. Entre ellos figuran:
También hubo manifestaciones similares desde el bloque oficialista La Libertad Avanza, donde se sumaron a la renuncia:
En paralelo, otros senadores pertenecientes a bloques provinciales o espacios políticos alternativos también se pronunciaron en contra del incremento. Entre ellos se encuentran:
Este gesto colectivo, más allá de su impacto económico directo, se inscribe dentro de una estrategia política para mostrar cercanía con el malestar ciudadano. La renuncia al aumento fue, además, acompañada por iniciativas solidarias que plantean redireccionar el dinero a sectores que requieren atención urgente, como la salud pública infantil.
La polémica en torno a los sueldos legislativos sigue siendo uno de los temas más sensibles del debate público, especialmente cuando gran parte de la población enfrenta dificultades económicas. En este contexto, la actitud de los senadores cobra un valor simbólico que podría marcar precedentes para futuras decisiones en materia de austeridad dentro del Estado.
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