El proyecto de ley conocido como «Ficha Limpia», que busca impedir que personas condenadas por delitos de corrupción asuman cargos públicos, fue aprobado por la Cámara de Diputados de la Nación con un total de 144 votos a favor, 98 en contra, 2 abstenciones y 13 ausencias. Esta medida generó un profundo debate en el recinto, evidenciando la división entre los legisladores sobre su viabilidad y objetivos. La sesión, que se extendió durante gran parte del miércoles, estuvo presidida por el titular de la cámara baja, Martín Menem, y reflejó las posturas divergentes de los bloques políticos en relación a la iniciativa.
El proyecto fue respaldado por varios sectores alineados con el oficialismo y parte de la oposición, quienes lo consideran un avance en la lucha por la transparencia en la gestión pública. Sin embargo, los legisladores del bloque Unión por la Patria, junto con los representantes del Frente de Izquierda, se opusieron firmemente, argumentando que la ley constituye una herramienta de proscripción política que vulnera derechos fundamentales. A lo largo del debate, se intercambiaron acusaciones y se vivieron tensos momentos entre los diputados, quienes expresaron sus preocupaciones sobre las posibles consecuencias de la implementación de esta medida.
Respecto al voto de los diputados de Tucumán, de los siete que participaron en la votación, cinco se inclinaron a favor del proyecto (Mariano Campero, Elia Marina Fernández, Agustín Fernández, Gerardo Huesen y Gladys Medina), mientras que uno votó en contra (Pablo Yedlin) y otro estuvo ausente (Carlos Cisneros). Este resultado refleja las posturas locales sobre la cuestión, que se alinean principalmente con la tendencia de los diputados a nivel nacional.
El bloque de La Libertad Avanza fue uno de los que más firmemente apoyó el proyecto, uniendo sus fuerzas con los legisladores del PRO, la UCR y la Coalición Cívica. Además, diputados de otros espacios políticos, como Encuentro Federal y el Movimiento de Integración y Desarrollo (MID), también sumaron sus votos a favor. Para estos sectores, la ley de «Ficha Limpia» representa una forma de garantizar que quienes tengan antecedentes de corrupción no puedan acceder a puestos de poder, contribuyendo así a una mayor transparencia en la política.
Por otro lado, los 98 votos en contra provinieron principalmente de los bloques de Unión por la Patria y el Frente de Izquierda, quienes alegaron que el proyecto contraviene principios constitucionales al permitir que se excluya a personas del ámbito político sin una justificación legal adecuada. La principal crítica que se hizo al proyecto es que podría ser utilizado como un instrumento de proscripción, afectando injustamente a aquellos políticos opositores que pudieran ser blanco de acusaciones sin fundamentos sólidos.
En cuanto a las abstenciones, dos diputados, Miguel Ángel Pichetto y Nicolás Massot, decidieron no participar en la votación. Aunque no ofrecieron explicaciones públicas, se especula que su decisión estuvo vinculada a desacuerdos internos dentro de sus respectivos bloques. Además, 13 legisladores se ausentaron durante la votación, entre los cuales se encontraba Carlos Cisneros, representante de Tucumán por el bloque de Unión por la Patria.
Ahora que el proyecto ha recibido media sanción en la Cámara de Diputados, el siguiente paso es su tratamiento en el Senado, donde será debatido nuevamente antes de su posible sanción definitiva. Si el Senado aprueba el proyecto, la ley entrará en vigor, impidiendo que personas condenadas por delitos de corrupción puedan ocupar cargos electivos o desempeñar funciones públicas. Sin embargo, el debate está lejos de finalizar, ya que la iniciativa continúa siendo un tema divisivo tanto en el Congreso como en la opinión pública, donde se analizan sus implicaciones para la democracia y la política en general. En las próximas semanas, el futuro de la «Ficha Limpia» se definirá en el Senado, y se anticipa que será un tema clave en el panorama político del país.
