El reciente desenlace en la política argentina se manifiesta con la expulsión del senador Francisco Paoltroni del bloque de La Libertad Avanza, una decisión que parecía inevitable dada la creciente tensión. La medida, dictada por la Casa Rosada, llegó tras “diferencias irreconciliables” entre Paoltroni y el resto del bloque, con la orden impartida por Santiago Caputo, asesor presidencial de gran influencia. Este conflicto ha añadido otra capa a la complicada situación interna en el Gobierno, exacerbada por la falta de comunicación con Victoria Villarruel, quien no fue consultada antes de tomar la decisión.
Paoltroni, conocido por su enfrentamiento con Caputo y por acusar al asesor de intentar perjudicar a Javier Milei al sugerir la candidatura de Ariel Lijo para la Corte Suprema, se vio sorprendido por su expulsión. Los detalles de la medida revelan que la decisión fue tomada en la sombra por cuatro senadores del bloque —Bartolomé Abdala, Vilma Bedia, Juan Carlos Pagoto, y el jefe de bancada Ezequiel Atauche— quienes redactaron una nota solicitando formalmente la exclusión del senador. La confirmación de la expulsión también fue respaldada telefónicamente por Ivanna Arrascaeta y Bruno Olivera, quienes no estaban presentes en la Cámara en ese momento.
Paoltroni se enteró de la decisión a través de las redes sociales y se mostró desconcertado, ya que la confirmación llegó en medio de celebraciones burlescas de los seguidores de Caputo. La tensión escaló con críticas abiertas de Paoltroni hacia Caputo, incluyendo comentarios despectivos y acusaciones de que Caputo se estaba apartando de los principios que prometió cambiar.
La expulsión de Paoltroni podría tener consecuencias significativas para el bloque oficialista, reduciendo su número a seis senadores y potencialmente complicando la dinámica en la Cámara alta. Esto podría abrir nuevas oportunidades para el kirchnerismo para desafiar el equilibrio de poder, especialmente dado que Paoltroni presidía la Comisión de Relaciones Exteriores. La falta de previsión sobre estos efectos secundarios ha generado incertidumbre entre los estrategas del Gobierno.
A pesar de haber participado en un acto conmemorativo el mismo día de su expulsión y de haberse mostrado optimista en una conversación previa con LA NACION, Paoltroni terminó siendo abandonado por su bloque, convirtiendo una broma en una dura realidad.