En una resolución que tuvo fuerte impacto político, la Justicia federal decidió este martes concederle el beneficio de la prisión domiciliaria a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner. La medida implica que cumplirá su condena en su departamento del barrio porteño de Constitución, bajo vigilancia mediante una tobillera electrónica.
Esta decisión generó una rápida reconfiguración de los planes dentro del peronismo, que tenía prevista una movilización hacia los tribunales de Comodoro Py en respaldo a la exvicepresidenta. Sin embargo, al quedar sin efecto la posibilidad de que Cristina tuviera que presentarse en persona ante la Justicia, ese punto de concentración perdió sentido.
La noticia de la prisión domiciliaria sacudió las estrategias del Partido Justicialista, que en las últimas horas mantuvo reuniones intensas y discusiones internas para redefinir el destino de la marcha prevista para este miércoles. Finalmente, y tras una serie de debates entre las distintas vertientes que integran el espacio, se resolvió trasladar la manifestación hacia la histórica Plaza de Mayo.
Fuentes cercanas a la conducción del PJ confirmaron que esa será la nueva localización del acto. La decisión fue adoptada en un contexto de tensiones internas, ya que el kirchnerismo más combativo se mostraba inicialmente decidido a mantener la convocatoria original, sumando incluso cortes de rutas y movilizaciones en diversas provincias como forma de protesta nacional.
No obstante, otra corriente dentro del justicialismo, de perfil más moderado, proponía acotar la movilización únicamente al domicilio particular de la exmandataria, con el objetivo de garantizar una convocatoria concentrada y simbólicamente fuerte, sin dispersar recursos ni generar conflictos innecesarios.
La resolución judicial que le concede a Cristina Fernández de Kirchner el cumplimiento de la pena bajo modalidad domiciliaria —acompañada por un dispositivo de control electrónico— llega en un momento de alta sensibilidad política. El fallo judicial no sólo reconfigura los pasos procesales que debía seguir la expresidenta, sino que también altera el mapa de las acciones callejeras programadas por sus seguidores.
En este contexto, el foco de atención se traslada a cómo se desarrollará la movilización a Plaza de Mayo y cuál será el tono de los discursos en defensa de Cristina. Mientras tanto, se aguarda que sectores del oficialismo definan su rol ante la protesta, y si acompañarán o tomarán distancia del acto, que ya promete ser masivo y simbólico en plena efervescencia política.
