En las elecciones de la provincia de Buenos Aires, Fuerza Patria logró un triunfo amplio y contundente, consolidándose como la fuerza dominante en las secciones electorales de mayor población. Según los primeros resultados oficiales, el partido se impuso con claridad en la primera y la tercera sección, que concentran cerca del 60% de los 14 millones de votantes habilitados. Además, obtuvo victorias en la segunda, cuarta, séptima y octava secciones, mientras que La Libertad Avanza solo logró imponerse en la quinta, sexta y séptima. En el total provincial, Fuerza Patria aventajó a los libertarios por más de 12 puntos, evidenciando una derrota categórica para el gobierno de Javier Milei y generando cuestionamientos sobre el diseño electoral impulsado por los hermanos Menem.
El gobernador Axel Kicillof emerge como el gran ganador de la jornada. Su decisión de desdoblar la elección, pese a la resistencia interna del kirchnerismo y a la dirigencia política que la cuestionaba, resultó acertada. La victoria no solo reafirma su liderazgo al frente de la provincia más poblada del país, sino que también lo posiciona como referente principal de la oposición y lo proyecta como posible candidato presidencial para 2027. Desde su entorno, ya se anticipa que ofrecerá un discurso con proyección nacional, rodeado de su gabinete, en un escenario instalado cerca del búnker donde la dirigencia siguió la jornada electoral.
En contraste, la derrota de La Libertad Avanza genera incertidumbre en la Casa Rosada. Aun cuando el oficialismo había moderado sus expectativas en las últimas semanas, ni los más pesimistas imaginaban una derrota de esta magnitud. Oficialmente, el espacio buscará destacar los diputados y senadores que sumará a la Legislatura, pero internamente comienzan a surgir cuestionamientos sobre la estrategia electoral. Los principales señalados son Martín y Eduardo Menem, conocidos por su implicancia en el escándalo de las escuchas de Diego Spagnuolo, quienes deberán dar explicaciones más convincentes que atribuir la derrota a una “operación opositora”.
Los errores del oficialismo también se reflejan en decisiones poco comprendidas, como la jugada de Corrientes, donde se actuó sin coordinar con el gobierno local. Además, la selección de candidatos poco conocidos y de dudoso historial, junto con la elevada exposición de influencers y tuiteros con actitudes polémicas, resultó contraproducente. La ciudadanía bonaerense, en consecuencia, rechazó esa estrategia, dejando en evidencia la desconexión entre la campaña y los votantes.
Tradicionalmente, una derrota de esta magnitud debería impulsar al gobierno nacional a revisar su rumbo. Aunque se han registrado logros en materia económica, como la reducción de la inflación y la caída de la pobreza, estas mejoras contrastan con la falta de políticas efectivas para sectores vulnerables, incluyendo jubilados, personas con discapacidad y estudiantes universitarios. La jornada electoral bonaerense evidencia que, para mantener respaldo social, los resultados económicos no son suficientes si no se acompañan de decisiones políticas coherentes y estratégicas.