En un clima de alta tensión política y judicial, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner protagonizó una reunión de relevancia en la sede nacional del Partido Justicialista (PJ), mientras el país permanece expectante ante la inminente resolución de la Corte Suprema de Justicia en el caso conocido como “Vialidad”. Si el fallo es ratificado, la ex mandataria enfrentaría una condena de seis años de prisión y la inhabilitación permanente para ejercer cargos públicos.
Durante la jornada, la Corte Suprema programó una sesión decisiva para las 16 horas, momento en el cual sus cuatro miembros analizarían el expediente. No obstante, trascendió que los tres integrantes del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti, Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, emitieron su voto y lo entregaron a la Secretaría Penal. Se espera que haya una definición respecto a la resolución a las 16.
Mientras tanto, Cristina Kirchner permanece en el edificio del PJ, ubicado en la calle Matheu, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Allí se concentra el núcleo duro del peronismo que la acompaña, a la espera del dictamen judicial que podría sellar su destino político y legal. La presencia de la ex mandataria en la sede partidaria no solo reviste un carácter simbólico, sino que se ha transformado en un punto de encuentro para la militancia peronista y diversos sectores aliados.
En los alrededores del edificio, la movilización popular comenzó a intensificarse. Militantes, dirigentes gremiales y figuras del sindicalismo se han acercado para expresar su respaldo a Cristina Kirchner. Algunos gremios, incluso, han anticipado que están dispuestos a convocar medidas de fuerza por tiempo indeterminado si la sentencia judicial avanza en su contra.
El operativo de apoyo no es casual: desde horas tempranas, columnas de organizaciones políticas comenzaron a organizarse en las inmediaciones del PJ para manifestar su rechazo ante lo que interpretan como una persecución política impulsada desde el Poder Judicial. La posibilidad de una condena definitiva ha encendido las alarmas dentro del espacio kirchnerista, que ve en este proceso un intento de proscripción.
Dentro del edificio, la actividad es constante. Referentes políticos, legisladores nacionales y provinciales, y sindicalistas entran y salen, participando en reuniones cerradas o sumándose al operativo de contención política. En ese entorno se encuentra Cristina Kirchner, quien espera el fallo definitivo, el cual podría significar su encarcelamiento y la imposibilidad legal de volver a competir electoralmente.
Así, la causa judicial —que comenzó hace años con acusaciones vinculadas a la adjudicación de obras públicas en Santa Cruz— ha alcanzado un momento crucial. La combinación de decisiones institucionales, tensiones políticas y movilización callejera configura una escena de alto voltaje político y jurídico que podría tener consecuencias profundas en el futuro del peronismo y del escenario político nacional.
 
 