Cristina Kirchner lideró este domingo un acto en Santiago del Estero por el Día de la Militancia Peronista, donde centró su discurso en la defensa del rol del Estado, críticas al gobierno de Javier Milei y un llamado a revitalizar la militancia. Además, abordó la reciente ratificación de su condena en la causa Vialidad, declarando que está dispuesta a enfrentar las sanciones que le impongan, ya que no se arrepiente de haber formado parte de un proyecto que, según expresó, «desendeudó al país, logró que los trabajadores alcanzaran más del 50% del producto bruto interno y recuperó el patrimonio nacional».
El evento tuvo lugar en la Asociación Atlética Quimsa, donde la exmandataria estuvo acompañada por el gobernador Gerardo Zamora. En su intervención como presidenta del Partido Justicialista, Cristina recordó que Juan Domingo Perón fue derrocado en 1955 por promover la dignidad de los trabajadores y una distribución equitativa de la riqueza. «Por eso había que derrocarlo, proscribirlo e intentar matarlo, como lo intentaron en Venezuela», señaló, estableciendo un paralelismo con los conflictos políticos actuales.
Cristina reivindicó las políticas de su gestión, destacando logros como la recuperación del sistema de jubilaciones administrado anteriormente por las AFJP y la asistencia estatal durante la crisis financiera de 2008. «Milei criticaba la recuperación de las AFJP que permitió a los jubilados tener la mejor jubilación de América Latina y que pudiéramos ayudar a las empresas. Cuando en 2008 se cayó el sector privado, el Estado le prestó 70 millones de dólares a General Motors desde el fondo de garantía, que entregamos con más dinero del que recibimos. ¿Y me van a decir a mí que somos anticapitalistas?», expresó, subrayando el papel clave del Estado durante ese periodo crítico.
La expresidenta también recordó cómo su gobierno devolvió los ahorros confiscados por los bancos durante la crisis del gobierno de Fernando de la Rúa y pagó la deuda con el Fondo Monetario Internacional. «Fuimos nosotros quienes desendeudamos al país y pagamos al FMI. Durante 12 años y medio logramos estabilidad porque no teníamos las condicionalidades que siempre nos imponen», afirmó, añadiendo que su persecución judicial responde a las políticas que impulsó para fortalecer la soberanía nacional y la igualdad social.
Reflexionando sobre las condenas en su contra, Cristina las interpretó como una represalia por su rol en la promoción de un modelo económico inclusivo y en las políticas de memoria, verdad y justicia. «Eso no me lo van a perdonar nunca. Las condenas y la proscripción son el vuelto de esas decisiones. Pero no me quejo. Nunca imaginé como militante política que llegaría a ser presidenta y a formar parte de un proyecto que desendeudó al país. Por eso el castigo que me quieren imponer es poco comparado con el sufrimiento de quienes enfrentaron desapariciones y dictaduras. No me arrepiento de nada de lo que hice», sentenció.
Cristina también cuestionó al gobierno de Milei por deslegitimar el rol del Estado mientras admiran figuras como Elon Musk, cuya empresa Tesla se benefició de un préstamo estatal de 465 millones de dólares. «El Estado en Estados Unidos ha impulsado innovaciones como internet, GPS y las pantallas táctiles. Decir que el Estado no sirve es una contradicción», argumentó. Según la exmandataria, el enfoque libertario busca retroceder hacia una economía exportadora de materias primas, sin valor agregado, lo que consideró insostenible.
Finalmente, llamó a construir un Estado capaz de implementar un modelo de desarrollo económico con valor agregado, innovación tecnológica y crecimiento inclusivo. «No necesitamos eliminar al Estado, sino fortalecerlo para que quienes han quedado fuera del sistema puedan reincorporarse y ser asistidos», concluyó ante los aplausos de la militancia presente.