Gustavo Sáenz se convirtió en el primer gobernador en rechazar la invitación del Gobierno: «Nos traicionaron»

Tras la dura jornada que vivió el Gobierno luego de la contundente derrota electoral en la provincia de Buenos Aires, el presidente Javier Milei anunció la creación de una “mesa política nacional” y, además, la convocatoria a una “mesa de diálogo federal con los gobernadores”. Sin embargo, esta medida no fue bien recibida por todos los aliados, y generó el rechazo público de dirigentes como el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz.

El vocero presidencial Manuel Adorni explicó que Milei instruyó al jefe de Gabinete a convocar a este espacio de diálogo federal con los gobernadores, luego de dos reuniones agitadas de Gabinete. La iniciativa buscaba recomponer la comunicación política tras el mal resultado electoral, pero provocó críticas inmediatas de algunos aliados históricos. Sáenz, hasta ese momento considerado un socio del Gobierno, manifestó su descontento en televisión: señaló que no había recibido comunicación directa y que el anuncio le recordó un spot del Presidente en el que prometía “una Argentina distinta”, pero que en la práctica se mantenían “los mismos de siempre”. Por ello, afirmó de manera tajante: “No me voy a sentar en una mesa a hablar con los mismos de siempre, con los que no cumplen su palabra, que nos traicionaron”.

El motivo de la desconfianza de Sáenz radica en la composición de la mesa anunciada: la integran Karina Milei, secretaria General de la Presidencia; Martín Menem, titular de la Cámara de Diputados; Santiago Caputo; Patricia Bullrich; Guillermo Francos; y el propio Milei. Varios de estos nombres, en particular Karina Milei y Martín Menem, están bajo la lupa por el escándalo de presuntas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS).

Sáenz recordó que siempre apoyó las medidas necesarias para que el Gobierno pueda llevar adelante su plan económico, pero expresó su frustración: “Nos traicionaron, ya no son leones, son palomas de iglesia porque cagaron a los fieles”. Con estas declaraciones, dejó claro que su rechazo no es solo una crítica táctica, sino un señalamiento contundente sobre la pérdida de confianza en la gestión y en los principales referentes del oficialismo.