Un destacado dirigente del PRO, cercano al expresidente Mauricio Macri, expresó al portal Infobae su profundo malestar por la relación con La Libertad Avanza: “Nosotros hemos sido estafados por la Libertad Avanza. Acompañamos en la primera etapa pensando que íbamos a construir algo en conjunto, pero los tipos se pasaron todo por ya sabés dónde… Hubo soberbia, desagradecimiento y humillación. Mauricio (Macri) no va a hablar porque no se siente parte de este proceso, pero tiene la paz mental de haber advertido lo que iba a pasar. Después de octubre se va a barajar todo de nuevo, y vamos a trabajar en una opción superadora”. Estas palabras reflejan con claridad el estado de ánimo que recorre al PRO tras la fuerte derrota sufrida en las elecciones bonaerenses.
Mientras el gobierno nacional trata de recomponerse tras el revés electoral con una reorganización interna de su mesa de conducción, el PRO inició un proceso de análisis para asumir la pérdida de estructura territorial y de identidad política. El partido amarillo cedió cinco bancas entre diputados y senadores provinciales y vio debilitados distritos donde históricamente había sido fuerte, especialmente en el interior bonaerense, además de aceptar sin cuestionamientos las condiciones impuestas por los armadores de Milei.
El diagnóstico interno es severo. Desde el PRO señalan que “lo que pasó el domingo es un enorme fracaso de la conducción de la Libertad Avanza, que no le pudo llegar al votante histórico del PRO, que se quedó en la casa. Fue un error hacer nacional una elección local. Y fue un error meter al Presidente en el barro de una campaña municipal”. Macri, que se encuentra en el país, siguió de cerca la campaña pero evitó intervenir o hacer comentarios antes de los comicios: “Es algo del PRO bonaerense”, repiten en la sede del partido en Balcarce, en referencia al rol de Cristian Ritondo, encargado de negociar con LLA en Buenos Aires. Por ahora, no se ha convocado un análisis formal del impacto de la derrota ni de los pasos a seguir.
Hace tiempo que Macri no mantiene comunicación con Javier Milei, considerando que “se portó mal” al tratar con desdén a los dirigentes del PRO y al ignorar sus advertencias sobre las políticas económicas. En marzo, por ejemplo, había alertado sobre las consecuencias de paralizar la obra pública. Sobre la alianza política con LLA, un dirigente amarillo explicó: “Estamos pagando la factura del caos que fue la interna entre Horacio (Rodríguez Larreta) y Patricia (Bullrich) en 2023. Además, si nosotros jugábamos por afuera, íbamos a ser el chivo expiatorio de la derrota ante la sociedad, nos iban a culpar”.
La derrota del domingo también reavivó tensiones internas por la conformación de listas y alianzas en el interior del PRO. Algunos dirigentes apuntan a Ritondo: “No podés tomar decisiones políticas solamente por resultadismo; si no, dedicate al fútbol, donde lo único que importa es ganar. Tomaste una decisión política equivocada. Desde los valores que defendés, de cómo te respetaron como partido político, y que electoralmente fue espantosa en términos de resultados. Bueno, ahora vendrán tiempos de discusión interna”.
Para el PRO, la conducción de LLA incurrió en una “mala praxis” política: “Se pelearon con los jubilados, no pudieron convocar a nuestros votantes; es horroroso en materia de construcción lo que vemos a nivel nacional, con la resaca de la política provincial”, comentaron. Además, señalaron que el triunfo de LLA en la Ciudad de Buenos Aires maquilló los problemas de armado a nivel país y criticaron la inclusión de candidatos desconocidos o que habían pasado por múltiples partidos en pocos años.
La escasa transferencia de votos del PRO a LLA también se refleja en los números: en 2023, Juntos por el Cambio había obtenido 2.545.545 sufragios para legisladores provinciales y LLA 2.348.108. Este domingo, la alianza sumó 2.723.710, apenas 375.602 votos más para LLA, mostrando que la contribución del PRO fue limitada, con parte de sus votantes históricos que optaron por no participar. Además, hubo un “trabajo a reglamento” de la estructura amarilla: militantes y fiscales defendieron territorios propios como Vicente López, mientras que en el resto de la provincia hubo escasa actividad.
De cara a las elecciones nacionales de octubre, el PRO encara un debate interno sobre el futuro de los dirigentes que impulsaron la alianza con LLA, entre ellos Ritondo, Guillermo Montenegro, el intendente de Mar del Plata y Diego Santilli. En contraposición, figuras como María Eugenia Vidal y el gobernador de Chubut, Ignacio Torres, se mantuvieron alejadas de la estrategia.
Como resumió uno de los líderes partidarios: “Quizá haya algún jugador que decida ser parte de Libertad Avanza, pero hoy es menos tentador que antes. Después del 26 de octubre vamos a barajar de nuevo y creo que hoy somos mayoría los que creemos en la necesidad de construir algo nuevo”. La derrota en Buenos Aires dejó al PRO en un proceso de reflexión profunda, evaluando sus alianzas, estrategias y cómo reconectar con sus votantes para fortalecer su identidad política de cara al futuro.
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