El presidente Javier Milei aprovechó una entrevista con LN+ para dirigirse fuertemente contra la vicepresidenta Victoria Villarruel. En sus declaraciones, calificó a la titular del Senado como una persona cercana al «círculo rojo» y la incluyó dentro del concepto que el oficialismo utiliza para describir a la «casta». Además, subrayó que Villarruel “no tiene ninguna injerencia en la toma de decisiones” dentro del gobierno, aclarando que no participa de las reuniones de gabinete y que su interacción con él es únicamente “institucional”. En sus palabras, la vicepresidenta decidió por su cuenta “no participar de las reuniones de gabinete” y la comunicación entre ambos se limita a lo necesario para cumplir con sus respectivos roles.
Durante la entrevista de más de una hora, Milei también abordó los recientes cambios en su gabinete, mencionando que la salida de Diana Mondino fue una decisión rápida que tomó en solo 30 minutos tras el voto de Argentina en la ONU, en contra del embargo a Cuba. En cuanto a otros cambios, como la salida de Nicolás Posse, el presidente enfatizó que sus ministros tienen libertad dentro de las líneas del gobierno, pero dejó claro que “ninguno de ellos tiene permitido un milímetro de error”, remarcando que no hay excepciones en este principio.
Milei también se refirió a la posible demolición del edificio del ex Ministerio de Desarrollo, destacando que aún están evaluando su utilidad. Aseguró que no toma decisiones en función de las encuestas, dado que de ser así, no hubiera avanzado con su plan de recortes y ajustes económicos. En cuanto a las universidades, mencionó que su postura siempre fue clara, a pesar de la oposición pública: no se trataba de arancelar las universidades, sino de auditarlas. A lo largo de las protestas estudiantiles, la opinión pública pasó de un 90% a favor de las universidades a un 60%, reflejando un cambio en el debate.
Respecto a las elecciones legislativas del próximo año, Milei se mostró optimista sobre el diálogo entre La Libertad Avanza y el PRO, aunque prefirió no profundizar sobre una posible alianza contra el kirchnerismo. Sobre su rivalidad con Cristina Kirchner, declaró que ella es una figura “deplorable” y expresó que no le corresponde alegrarse por su condena, pero celebró que la justicia avance con casos que no se habían atendido en gobiernos anteriores.
Milei también volvió a criticar fuertemente al periodismo, acusando a los medios de haber orquestado “la campaña más sucia de la historia” en su contra, involucrando a su familia y su vida privada. Defendió las redes sociales, señalando que plataformas como Twitter han permitido a los ciudadanos tener voz propia, desafiando el “monopolio del micrófono” que antes ejercían los periodistas tradicionales. En su análisis, comentó que ahora “el sistema es llano” y que las redes sociales han permitido a la gente “devolver los golpes” que los periodistas les lanzaban.
En el plano económico, Milei proyectó un repunte de la actividad económica hacia fin de año, destacando el éxito de sus políticas económicas, sobre todo en relación con las expectativas del Fondo Monetario Internacional (FMI), que no creía en los logros alcanzados por su gobierno. Señaló que el mundo ahora reconoce los resultados y mencionó que Patricia Bullrich había recibido peticiones internacionales para compartir las experiencias de Argentina. También acusó al peronismo de haber intentado desestabilizar su gestión con la inflación y medidas como los saqueos, señalando que estos intentos fracasaron. En cuanto a su administración, se mostró orgulloso de haber reducido la pobreza en 11 puntos, reafirmando su enfoque en la estabilidad económica.