Recientemente, Guillermo Francos expuso con total franqueza una de las tensiones internas más notorias dentro del gobierno de Javier Milei, al cuestionar la falta de responsabilidad de Santiago Caputo al momento de asumir con nombre, apellido y firma las decisiones que toma como asesor presidencial. Francos puso el foco sobre ciertos “dirigentes” libertarios que, pese a ostentar importantes responsabilidades políticas y de gestión, no rubrican formalmente las resoluciones que adoptan diariamente.
“El Presidente tendrá que analizar y definir qué rol juega cada uno. Hay integrantes del gabinete o del equipo de Gobierno que no tienen cargo oficial ni responsabilidades de gestión, y aun así terminan tomando decisiones”, señalaba Francos, en un mensaje directo hacia Caputo, quien cumple funciones oficiales y oficiosas únicamente mediante un contrato de monotributista vinculado al Gobierno Nacional.
En este contexto, Javier Milei parecería inclinarse por atender la recomendación del jefe de Gabinete y oficializar la posición de Caputo después de las elecciones del 26 de octubre. Esta decisión se vincula especialmente a la posibilidad de que los resultados electorales no acompañen al libertario, es decir, si el electorado le da la espalda, total o parcialmente, y no alcanza siquiera el tercio de apoyo que Milei espera.
La situación se aclaró en parte durante una entrevista con el periodista Esteban Trebucq, quien planteó la pregunta decisiva sobre el futuro de Caputo en el Gobierno, en medio de una conversación que incluyó momentos de tensión relacionados con la preocupación por la población que “no puede esperar” los resultados de un programa económico que atraviesa dificultades.
Finalmente, Milei respondió de manera directa y concisa al ser consultado sobre la eventual incorporación de Caputo a una “función central en el gabinete”: “Absolutamente”. La incógnita que queda por resolver es desde cuándo y en qué área específica se producirá este cambio, aunque versiones extraoficiales sugieren que podría implicar el reemplazo de Guillermo Francos en su actual cargo, quien dejaría el gabinete con una salida poco celebrada.