El presidente Javier Milei aseguró que continúa adelante con su proyecto de «remonetización» de la economía argentina, una iniciativa que apunta a facilitar el uso libre de los dólares que los ciudadanos mantienen fuera del sistema financiero formal. Según su visión, quienes poseen esas divisas no deben ser tratados como criminales, y lo esencial, sostuvo, es que no se les exija justificar el origen de esos fondos.
En una entrevista concedida a A24, el jefe de Estado explicó que, aunque se había previsto anunciar la medida el pasado jueves, la presentación oficial fue aplazada debido a que aún quedaban aspectos legales por resolver. A pesar del retraso, Milei adelantó que, una vez implementada, la propuesta podría movilizar un volumen de recursos comprendido entre 200.000 y 400.000 millones de dólares, lo cual representa entre un tercio y dos tercios del Producto Bruto Interno del país.
El mandatario definió la iniciativa como un giro radical en términos monetarios, con el potencial de provocar una fuerte aceleración del crecimiento económico. No obstante, advirtió que no está dispuesto a arriesgar una política de esa magnitud solo por obtener rédito electoral. «Hubiera sido un impacto enorme en campaña, pero no estoy dispuesto a comprometer la solidez técnica de una medida estratégica simplemente para ganar algunos votos más», explicó. En su criterio, esta clase de decisiones deben estar cuidadosamente diseñadas para que sean efectivas y sostenibles a largo plazo.
Milei también argumentó que el fenómeno de los dólares fuera del circuito bancario tiene una explicación lógica: muchos argentinos habrían optado por resguardar su dinero fuera del sistema formal como forma de protegerse del «impuesto inflacionario», al que calificó como una forma de saqueo ejercida por el Estado. En este contexto, trazó una analogía con los ciudadanos cubanos que huyen hacia Estados Unidos en busca de libertad, señalando que aquellos que lograron conservar sus ahorros al margen del Estado son, a su entender, personas valientes que escaparon del abuso estatal.
De forma provocadora, el Presidente incluso sugirió que quienes hallaron formas de proteger su capital del alcance del poder político corrupto merecen ser considerados como verdaderos «héroes». A su entender, es absurdo castigar a quienes encontraron maneras de conservar su dinero fuera del control gubernamental. «No hay nada de ilegal en eso», afirmó. Y añadió que criticar a quienes lograron escapar del sistema revela más envidia que principios: «Si alguien no pudo evitar ser esquilmado, es una desgracia, pero no significa que quien lo logró deba ser penalizado. Tal vez los que quedaron atrapados no tuvieron la astucia o el coraje para buscar una salida», señaló.
El mandatario insistió en que aún se están afinando detalles técnicos del plan y evitó comprometerse con una fecha exacta para su anuncio, aunque aclaró que no se precipitarán. «Será lanzado únicamente cuando estemos convencidos de que su implementación será perfecta desde el punto de vista técnico», explicó, remarcando que no hay espacio para improvisaciones en un terreno tan delicado.
Consultado sobre los posibles cuestionamientos en torno al origen de los fondos, Milei descartó de plano la preocupación. Sostuvo que, si hay actividades criminales como el narcotráfico involucradas, el Estado tiene los mecanismos adecuados para enfrentarlas a través de las fuerzas de seguridad y las instituciones de defensa. Desde su perspectiva, las dudas sobre el origen del dinero no deben mezclarse con las estrategias económicas.
“El centro de esta política es que ningún ciudadano sea obligado a revelar de dónde obtuvo sus dólares. De hecho, esa información me resulta completamente irrelevante. Hay que separar los planos: lo económico se resuelve con instrumentos económicos; los delitos se abordan con la Justicia y las fuerzas de seguridad”, sentenció.
Además, criticó con dureza los mecanismos actuales de control sobre el dinero en efectivo y los reportes de operaciones sospechosas. En su opinión, estas prácticas son abusivas y propias de un Estado entrometido. «La gente tiene derecho a usar sus dólares sin ser tratada como un delincuente, sin dejar huellas digitales ni someterse a mecanismos de vigilancia. Eso me parece un espanto», afirmó.
Milei también aclaró que, si bien su propuesta tiene similitudes con un blanqueo, se diferencia en un punto crucial: no implicará el pago de impuestos, ya que no busca generar ingresos fiscales, sino liberar el flujo monetario. De este modo, insistió en que su iniciativa no tiene fines recaudatorios.
Por último, el jefe de Estado indicó que el diseño final del plan está siendo coordinado entre ARCA, el Ministerio de Economía y el Banco Central. Aunque no precisó si el instrumento legal será un decreto o una ley sancionada por el Congreso, aseguró que se utilizarán los recursos legales existentes para su implementación.
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