Karina Milei, secretaria General de la Presidencia, exigió públicamente a la conductora Pamela David que realizara una rectificación por la difusión de información falsa que la involucraba, estableciendo además una condición clara: que la aclaración se hiciera con “la misma efusividad con la que hoy difundieron la mentira”. La contundente solicitud de la funcionaria provocó una rápida disculpa por parte de la periodista.
Según informaron fuentes de Noticias Argentinas, el reclamo de Milei no se centró únicamente en el episodio puntual del supuesto reloj de lujo, sino que amplió la acusación a un patrón de conducta que, según ella, se repite a lo largo del tiempo. “También deberías pedir perdón por todas las veces que en los últimos 2 años difamaste al Presidente con mentiras”, escribió Milei en la red social X, dejando claro que su denuncia alcanzaba un contexto más amplio que un simple error puntual.
El conflicto puso en evidencia la tensión existente entre el Gobierno y ciertos medios de comunicación, y subrayó la percepción de parcialidad que Milei atribuye a la periodista. La secretaria cuestionó a David por generar perjuicio al país mediante sus “operaciones”, lo que derivó en que la conductora se viera obligada a retractarse públicamente.
En su mensaje, Milei especificó la condición de la rectificación, señalando que la aclaración debía reflejar “la misma efusividad” que tuvo la difusión inicial de la información falsa. Además, endilgó a David un sesgo en sus equivocaciones: “Cuando el error es siempre para el mismo lado, el vicio queda manifiesto”. La funcionaria también sostuvo que las acciones de la conductora se orientaban a “operar” en beneficio de sus amigos, “en perjuicio del pueblo argentino”.
Frente a estas acusaciones, Pamela David admitió su error y se comprometió a cumplir con la condición impuesta. En sus palabras, reconoció: “Me equivoqué (…) Mañana, en el mismo espacio donde lo dije, lo voy a rectificar en vivo”. Asimismo, apelando a la honestidad, agregó: “Nobleza obliga: reconozco mi equivocación y te pido perdón, sin excusas”.
El tenso intercambio concluyó con la promesa de la rectificación en el aire, después del firme reclamo de la secretaria de la Presidencia, quien cerró su mensaje con un toque de ironía al despedirse: “Te mando un beso”.