En una sesión cargada de tensión política y con fuertes repercusiones en el oficialismo, la oposición en la Cámara de Diputados logró imponerse al Gobierno nacional al alcanzar la mayoría especial necesaria para contrarrestar una de las decisiones más polémicas del presidente Javier Milei: el veto a la Ley de Emergencia en Discapacidad. La iniciativa, que había sido rechazada por el Ejecutivo, obtuvo finalmente el respaldo de dos tercios de los legisladores presentes, lo que permitió que se insistiera con su sanción y que ahora pase al Senado, donde será nuevamente debatida.
La votación en Diputados dejó cifras contundentes: 172 votos a favor, 73 en contra y 2 abstenciones. Con esa diferencia, la oposición se unió en un frente común para rechazar la postura del oficialismo y reinstalar en la agenda parlamentaria una normativa que busca atender las necesidades urgentes de las personas con discapacidad en un contexto económico y social adverso.
El debate no se limitó únicamente a esta cuestión. Una vez concluida la discusión sobre la emergencia en discapacidad, se anunció que la Cámara continuará abordando otros temas sensibles para la sociedad argentina. Entre ellos, se destacan tres iniciativas de alto impacto: el aumento a los haberes jubilatorios, la prórroga de la moratoria previsional que beneficia a miles de adultos mayores que no cuentan con aportes suficientes, y la asistencia extraordinaria a la ciudad de Bahía Blanca, gravemente afectada por un temporal que dejó daños materiales y pérdidas humanas.
La decisión de Diputados representa un duro revés para Milei, ya que evidencia las dificultades del oficialismo para sostener sus vetos frente a una oposición que, cuando logra unirse, reúne la fuerza parlamentaria suficiente para marcar el rumbo en cuestiones sociales sensibles. Para los legisladores que impulsaron la ley, se trató de un paso clave en la defensa de los derechos de un sector históricamente postergado.
Con esta votación, el Congreso se prepara para continuar con una agenda intensa y conflictiva, donde el Senado tendrá ahora la responsabilidad de resolver si confirma la decisión de Diputados o respalda la postura del presidente. Lo cierto es que, más allá del desenlace, la jornada parlamentaria dejó en claro que el oficialismo enfrenta crecientes dificultades para imponer su voluntad en el ámbito legislativo.