El panorama político argentino dio un giro inesperado tras conocerse los resultados de las elecciones legislativas, especialmente en la provincia de Buenos Aires. Allí, la lista encabezada por Diego Santilli logró imponerse sobre la del peronismo, un resultado sorpresivo si se considera que apenas mes y medio atrás el oficialismo local había vencido por una diferencia de 14 puntos porcentuales. Esta remontada marca un punto de inflexión en el escenario político y electoral del país.

Para comprender la magnitud del triunfo de La Libertad Avanza, es necesario observar los resultados de manera desagregada, ya que las legislativas equivalen, en los hechos, a 24 comicios simultáneos, uno por cada provincia. Si se tiene en cuenta el contexto previo —un gobierno atravesado por denuncias de corrupción e incertidumbre económica—, los números obtenidos representan un importante respiro político y una recuperación de confianza para la gestión de Javier Milei.
El propio presidente había anticipado días antes que su meta electoral era alcanzar un tercio de representación en la Cámara de Diputados, una cifra clave para blindar sus iniciativas legislativas sin depender de alianzas. De confirmarse los datos provisorios, ese objetivo no solo se habría cumplido, sino que podría incluso ser superado, lo que le otorgaría al mandatario un mayor margen de maniobra. Tras este resultado, Milei podría reorganizar su Gabinete con mayor estabilidad, aprovechando el impulso del triunfo. Tal como suele decirse en el ámbito deportivo, los ajustes son más llevaderos cuando el equipo gana.

Pese a la celebración, tanto el mundo político como los mercados financieros se mantienen expectantes a las definiciones que surgirán en los próximos días, no solo en relación con los nuevos nombres que integrarán el Ejecutivo, sino también respecto de la orientación económica y política que adoptará el gobierno a partir de ahora.
Sin embargo, el presidente también deberá encarar tensiones internas dentro de su propio espacio. Las diferencias entre Karina Milei, secretaria Legal y hermana del mandatario, y Santiago Caputo, su principal estratega, conforman uno de los desafíos inmediatos. Ambos, junto con otros referentes de peso, integran lo que en la Casa Rosada se conoce como el “Triángulo de Hierro”.
La victoria dejó una de las postales más comentadas de la noche: Karina Milei, en un rol poco habitual, se presentó como vocera del oficialismo frente al Hotel Libertador, acompañada por Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados. Ambos habían estado recientemente en el centro de la polémica tras el escándalo en la Agencia de Discapacidad, pero se mostraron firmes y celebraron el resultado.
En paralelo, comenzaron a circular versiones sobre una inminente salida de Guillermo Francos de la Jefatura de Gabinete. Según trascendió, la decisión estaría tomada y Karina Milei tendría un rol clave en la designación de su reemplazante.
Otro de los protagonistas de la jornada fue Luis “Toto” Caputo, ministro de Economía, quien arribó al búnker de campaña visiblemente relajado, saludando a los presentes y posando para las cámaras. Su participación en las negociaciones con Estados Unidos fue determinante en las últimas semanas, ya que ese vínculo permitió contener la presión sobre el dólar y dar algo de estabilidad al mercado. Caputo, al igual que otros miembros del gabinete, también se jugaba parte de su capital político en estos comicios.

Karina Milei y Martín Menem.
Dentro del búnker libertario, los analistas delinearon las claves del triunfo. Según el equipo de Santiago Caputo, la estrategia se centró en revivir el espíritu de la campaña de 2023, recuperar la presencia territorial con actos encabezados por Milei en diferentes provincias, fortalecer el vínculo con los jóvenes y reforzar la conexión con la militancia de Las Fuerzas del Cielo. Además, se optó por un discurso más empático, reconociendo el esfuerzo de los sectores más afectados por el ajuste económico.
Uno de los movimientos más acertados, según las voces oficiales, fue el reemplazo de José Luis Espert por Santilli en Buenos Aires, una decisión tomada apenas 18 días antes de la elección, en acuerdo entre Karina Milei y Santiago Caputo. Este cambio, considerado arriesgado en su momento, terminó siendo un punto de inflexión que consolidó la victoria. También se destacó el papel de Pilar Ramírez, responsable de la coordinación política nacional durante la campaña.
Del otro lado, el peronismo sufrió un golpe inesperado. Aunque Cristina Fernández de Kirchner había advertido sobre el riesgo de no desdoblar los comicios en Buenos Aires, nadie en su espacio previó una derrota tan contundente, ni mucho menos perder en su bastión histórico. La expresidenta fue quien definió la mayoría de las listas presentadas, en especial la bonaerense, pero el resultado demostró que Axel Kicillof y los intendentes no lograron retener el caudal de votos que habían conseguido en septiembre. El golpe electoral amenaza con poner a prueba la unidad interna del frente peronista.
En tanto, Provincias Unidas, la fuerza que intentó posicionarse como tercera vía y romper con la polarización, tuvo un debut decepcionante. Las derrotas de Juan Schiaretti en Córdoba, Maximiliano Pullaro en Santa Fe y Ignacio Torres en Chubut reflejan la dificultad de consolidarse como alternativa nacional de cara a 2027.
En resumen, la jornada dejó un mapa político reconfigurado, un oficialismo fortalecido y una oposición fragmentada, en un escenario que anticipa nuevas tensiones, tanto dentro del poder como entre las distintas fuerzas que buscarán reposicionarse tras una elección que rompió con todas las previsiones.
