La apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso de la Nación se desarrolló en un contexto inusual, con un recinto de la Cámara de Diputados notablemente vacío debido a la ausencia masiva de la oposición más crítica hacia el gobierno de La Libertad Avanza (LLA). Este escenario le permitió al presidente Javier Milei pronunciar su discurso sobre el estado de la Nación en un ambiente cómodo, sin las interrupciones habituales de sus adversarios políticos. Cada una de sus críticas al kirchnerismo y a la denominada “casta política”, así como su defensa de las políticas de su gestión, fueron recibidas con ovaciones por parte de los oficialistas, aliados legislativos, funcionarios nacionales y militantes presentes en la Asamblea Legislativa.
La decisión de ausentarse fue tomada por los principales referentes de la oposición, incluyendo los gobernadores peronistas Axel Kicillof (Buenos Aires), Ricardo Quintela (La Rioja), Gildo Insfrán (Formosa), Sergio Ziliotto (La Pampa) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego), entre otros. Esta medida de protesta fue motivada por el rechazo a la designación de los jueces de la Corte Suprema mediante decreto y la negativa del Gobierno a debatir el presupuesto para 2025. En contraste, los gobernadores considerados más dialoguistas, como Martín Llaryora (Córdoba), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Leandro Zdero (Chaco), Claudio Poggi (San Luis) y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, sí asistieron al evento y ocuparon el sector reservado para ellos.
Durante su discurso, que se extendió por una hora y quince minutos, Milei se enfrentó a uno de los pocos opositores presentes en el recinto: el diputado Facundo Manes, de Democracia para Siempre. En un momento clave de su alocución, cuando el presidente mencionó la reforma migratoria y la Justicia, Manes le mostró un ejemplar de la Constitución Nacional, cuestionando el uso de decretos para nombrar a Ariel Lijo y Manuel García-Mansilla en la Corte Suprema. Además, le pidió que abordara el escándalo del criptogate. Este intercambio derivó en una discusión pública, con Milei respondiendo: “Léela Manes, te va a hacer bien. Supuestamente vos entendés cómo funciona el cerebro y parece que no entendiste nada. Léela bien”. Las cámaras de la transmisión oficial, sin embargo, no mostraron a Manes, enfocándose únicamente en el presidente.
El enfrentamiento no terminó en el recinto. Según relató Manes, al salir del hemiciclo fue interceptado por Santiago Caputo, asesor presidencial y figura clave en el entorno de Milei, quien lo amenazó diciendo: “Ya vas a escuchar de mí; no puedo creer lo que hiciste”. Manes denunció que una persona que acompañaba a Caputo lo golpeó en el pecho en dos ocasiones. “Santiago Caputo me amenazó con tirarme el Estado encima. Es un vandalismo total, esto no es una república”, afirmó el diputado, quien anunció que presentaría una denuncia formal por “violencia y amenazas” en la comisaría de la Cámara de Diputados. Desde el entorno de Caputo, sin embargo, negaron que se hubiera producido una agresión física.
El incidente generó un fuerte repudio por parte de la oposición. Martín Lousteau, jefe de la UCR, quien decidió no asistir al Congreso por considerar que Milei no respeta la división de poderes ni la Constitución, se solidarizó con Manes y calificó el hecho como “uno de los más graves desde que el Congreso volvió a funcionar en 1983”. La Coalición Cívica, liderada por Elisa Carrió, y la bancada de la UCR, encabezada por Rodrigo De Loredo, también condenaron la agresión. Axel Kicillof y Germán Martínez, titular de la bancada de Unión por la Patria, se sumaron a las críticas, subrayando que la violencia política es inaceptable en una democracia.
En paralelo, Lousteau aprovechó para cuestionar a Milei por el escándalo internacional generado por la criptomoneda $LIBRA, mencionando una portada del New York Times que destacaba los casos de corrupción vinculados a este tema. “El Presidente dice que el mundo nos reconoce. ¿Será por esto?”, ironizó. Por su parte, el diputado Maximiliano Ferraro (Coalición Cívica) consideró que el único aspecto relevante del discurso de Milei fue el anuncio del acuerdo con el FMI, aunque criticó el tono violento y las omisiones en temas como el criptogate y la designación de Lijo.
La Izquierda, al igual que el kirchnerismo, optó por no asistir al recinto, pero dejó carteles en sus bancas con consignas que acusaban a Milei de “estafador” en referencia al criptogate. Este episodio, sumado a la agresión denunciada por Manes, dejó en evidencia las tensiones políticas y el clima de confrontación que caracteriza la relación entre el Gobierno y la oposición, en un contexto donde la institucionalidad y el respeto a las normas democráticas parecen estar en entredicho.
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