La Justicia dictó una resolución que significó un nuevo golpe para el Gobierno encabezado por Javier Milei. En su fallo, el juez electoral determinó que Diego Santilli no podrá ocupar el primer puesto en la lista de candidatos de La Libertad Avanza, decisión que obliga a reestructurar la nómina. En consecuencia, Karen Reichardt, quien hasta ahora figuraba como segunda detrás de José Luis Espert, pasará a ser la nueva cabeza de lista. Cabe recordar que Espert había quedado fuera de la contienda luego del escándalo que lo involucró tras hacerse público su presunto vínculo con Fred Machado, un empresario señalado por sus supuestas conexiones con el narcotráfico.
La noticia, que generó un fuerte impacto en el oficialismo libertario, rápidamente se difundió en redes sociales. Sin embargo, lo que más repercusión tuvo no fue la decisión judicial en sí, sino el resurgimiento de un antiguo tuit de Reichardt que generó un enorme repudio entre los usuarios. En esa publicación, la ahora candidata había manifestado una postura muy crítica —y abiertamente agresiva— hacia Lionel Messi, capitán de la Selección Argentina.
En aquel mensaje, que data del 20 de diciembre de 2015, fecha en la que Barcelona derrotó a River Plate en la final del Mundial de Clubes de la FIFA, Reichardt escribió: «Messi puto, ¡sólo hacés goles en esa mierda de club! Cagón. ¡En la Argentina no existís! Y encima con la mano, forro». Las palabras, cargadas de insultos y tono despectivo, fueron dirigidas al astro argentino en un contexto de enojo futbolístico, aunque con el paso del tiempo cobraron un nuevo sentido político al salir a la luz en plena campaña.
El tuit, que permanecía olvidado en su cuenta, comenzó a viralizarse poco después de que se conociera la decisión judicial que la colocaba al frente de la lista de La Libertad Avanza. Decenas de usuarios de X (ex Twitter) rescataron la publicación y criticaron duramente a la candidata por sus dichos hacia el jugador más emblemático del país.
Frente a la ola de comentarios negativos y cuestionamientos, Karen Reichardt optó por eliminar el tuit, intentando borrar el rastro del mensaje ofensivo que había publicado hace casi una década. Sin embargo, las capturas de pantalla ya circulaban ampliamente en las redes, transformando aquel episodio en un nuevo dolor de cabeza para el espacio político libertario, que ya venía atravesando una serie de contratiempos judiciales y mediáticos.